En 2013, el pequeño reino de mayoría musulmana se convirtió en el primer país del este de Asia en adoptar la ley sharia e introdujo la legislación y las sanciones relativas en varias etapas, con las nuevas medidas programadas para comenzar este miércoles 3 de abril.
En las etapas dos y tres del código penal, el sexo entre dos hombres conlleva una pena de lapidación, mientras que el sexo entre dos mujeres se castiga con 100 latigazos.
La ley también introduce penas severas como la amputación de miembros por robo y el encarcelamiento por vestirse como una persona de un género distinto.
Brunei, un antiguo protectorado británico rico en petróleo con una población de alrededor de 450.000 personas, está gobernado por el sultán Hassanal Bolkiah, quien también es primer ministro.
Su decisión de implementar las sanciones ha provocado una protesta internacional por parte de gobiernos, grupos de derechos, las Naciones Unidas y numerosas celebridades.
Hoy, en un comunicado, Human Rights Watch describió el nuevo código penal como “barbárico hasta la médula” e instó al sultán a “suspender de inmediato las amputaciones, la lapidación y todas las demás disposiciones y castigos que representan un abuso de derechos”.
Se cree que el sultán de 72 años se encuentra entre las personas más ricas de la región, gracias a la industria petrolera de Brunei. Al anunciar la introducción de las nuevas leyes, el sitio web del gobierno lo citó diciendo que su gobierno “no espera que otras personas lo acepten y concuerden con ellas, pero que sería suficiente si solo respetan a la nación de la misma manera que esta también los respeta”.
Ayer, el Departamento de Estado de Estados Unidos se unió a las críticas y dijo que las leyes son opuestas a las obligaciones internacionales de Brunei sobre los derechos humanos, “incluso con respecto a la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”.
Vivir la vida con miedo
La comunidad LGBT de Brunei ha expresado temor ante la posibilidad de vivir bajo las nuevas leyes. Khairul, un joven gay que habló con CNN por teléfono, dijo que eran “inhumanas”. “Es un castigo muy agresivo. No es algo que un humano deba sufrir … solo por ser un homosexual”, agregó.
Él y otros entrevistados por CNN para esta historia pidieron que sus identidades reales quedaran ocultas por las preocupaciones por su seguridad y la de sus familias.
Zain, una mujer transgénero, dijo que había vivido con miedo desde 2013, cuando el sultán anunció por primera vez que el país introduciría la ley sharia.
“Todos se ven afectados. Simplemente será horrible vivir allí, incluso si no eres LGBT”, dijo Zain, quien ahora busca asilo en Canadá. “Las mujeres especialmente estarían en una gran desventaja allí”.
Indignación internacional
Las leyes han llamado la atención de celebridades, incluido George Clooney, quien llamó a un boicot de nueve hoteles vinculados al gobierno de Brunei.
El cantante Elton John y el fundador de Virgin Group Richard Branson también se unieron a la crítica.
Pero el país no tiene planes de cambiar de rumbo, según un comunicado de la oficina del primer ministro de Brunei publicado el sábado.
“Brunei Darussalam es un país soberano islámico y totalmente independiente y, como todos los demás países independientes, hace cumplir su propio Estado de Derecho”, dice el comunicado.
Fuente: CNN