La Organización Mundial de la Salud realizó un estudio para medir la polución atmosférica en América latina en el que Buenos Aires registró material particulado contaminante en el nivel más bajo de la región.
Aunque el organismo internacional indica que la media anual ideal de estas partículas debería ser de 20 microgramos por metro cúbico, los registros de la ciudad de Buenos Aires, 38 microgramos por metro cúbico (Ug/m3), están entre los que no representan daños para la salud.
De los 15 países analizados, Chile es el cuarto con mayor nivel de material particulado en la atmósfera, con 62, superado por Bolivia, 82, Perú, 74, y Colombia, 71. En tanto, Costa Rica cuenta con el nivel más bajo, con 28.
Lo curioso del fenómeno en la Capital es que no obedece a políticas públicas sustentables o prácticas ecológicas por parte de la población. La razón por la que la ciudad goza de una buena calidad de aire se explica casi exclusivamente por la naturaleza: la ubicación geográfica, sumada a las condiciones meteorológicas, hace que la contaminación que se genera diariamente se disipe sin provocar altas concentraciones, nocivas para la salud.