Cansado de las restricciones que implementan las autoridades de Santa Fe por la pandemia del coronavrus, el dueño del bar Bilbao, que tiene varias sucursales en esta provincia, anunció que cuando sus establecimientos estén habilitados para volver a recibir clientes, les va a prohibir la entrada a todos los políticos, “sean del partido que sean” y a todas las personas que trabajen en ese ámbito.
Así lo adelantó el empresario gastronómico Ignacio Preti en su cuenta de Facebook, luego de que el gobernador local, Omar Perotti, decidiera endurecer por dos semanas el aislamiento social, preventivo y obligatorio en la capital santafesina y en su alrededor.
“En quince días, cuando retomemos nuestra actividad gastronómica va estar prohibida la entrada a todo político o empleado que se relacione con ellos, de cualquier partido, sea cual sea”, aseguró Preti en la red social, según reproduce el diario El Litoral.
El dueño del bar Bilbao explicó que tomó esta decisión porque consideró que “era necesario exponer el enojo de todo el sector tras una nueva fase de restricciones que anunciaron” el mandatario provincial y el intendente de Santa Fe, Emilio Jatón, durante una conferencia de prensa que encabezaron el viernes pasado.
En aquella oportunidad, las autoridades informaron que, con el objetivo de “bajar la circulación de gente” para «frenar el número de contagios” tanto en la ciudad capital como en su vecina Santo Tomé, en ambos lugares habrá una cuarentena estricta por 14 días.
Durante ese periodo, estará suspendido el funcionamiento de los comercios en los shoppings, peatonales y galerías, así como el de los locales de gastronomía y comercios mayoristas y minoristas no esenciales de más de 100 metros cuadrados de superficie, entre otras actividades.
Según el decreto 954/20, firmado por Perotti, los establecimientos mencionados que se encuentran ubicados en la zona céntrica, delimitada por las calles Suipacha (norte), Rivadavia y 27 de Febrero (este), General López (sur) y Urquiza (oeste), solo pueden funcionar por la tarde con delivery o take away, en tanto en el resto de la ciudad pueden hacerlo en modalidad presencial.
“Esta nueva modalidad tiene restricciones, buscando resguardar el mayor nivel de actividad. Se trata de bajar los niveles de contagios y normalizar el uso de camas críticas, permitiendo al sistema de salud brindar la mejor respuesta”, argumentó el gobernador en la conferencia de prensa.
Esta situación generó que un grupo de comerciantes afectados se manifestara este lunes frente a la Casa de Gobierno provincial para solicitar que los dejen trabajar sin las restricciones dispuestas, para así “no tener que cerrar las puertas definitivamente”.
La medida es muy similar a la que ya estaba vigente en la región del Gran Rosario y en otros cuatro departamentos del sur santafesino, la cual también motivó una protesta de los dueños de los locales perjudicados, que reclamaban poder funcionar sin límite de horario.
Por su parte, Preti sostuvo que, en este marco, él se ha “convertido en una de las banderas del sector” en rechazo a este tipo de restricciones que -sostuvo- «pueden terminar de sepultar a un rubro que viene muy castigado por la cuarentena”.
“Vamos a cumplir con el derecho de admisión. No quiero ver ni a uno solo sentado en mis locales. Salud compañero o compañera o en la jerga que se autodenominen en su partido”, agregó el empresario gastronómico, que también es propietario de los bares Bowie y Yucca, ambos ubicados en el barrio Candioti.