Según la encuestadora chilena Cadem, en el plebiscito de diciembre el 54% prevé votar en contra del nuevo plan constitucional frente al 31% que dice estar a favor. De confirmarse esa tendencia, los chilenos seguirán con la Constitución redactada bajo la dictadura.
Aborto, migración y derecho a huelga: los tres matices que pretende tocar el proyecto conservador
Más restricciones a la ley del aborto
El nuevo proyecto, según sus críticos, introduce aspectos que allanan el camino para que la ley de aborto sea revisada. Hasta ahora, en Chile, está permitido el aborto en caso de violación, inviabilidad del feto y cuando esté en peligro la vida de la madre.
Uno de los puntos que agregaría sobre esta ley, es la «objeción de conciencia institucional», en la que podrían ampararse los centros de salud para no realizar abortos.
«Tenemos un texto que protege la vida de quien está por nacer, reconociendo que hay un alguien dentro del vientre materno, que hay un ser humano en gestación», señaló la joven dirigente republicana Beatriz Hevia a la Agencia France Press (AFP), quien además es presidenta del Consejo Constitucional.
En América Latina el aborto es legal en Argentina, Colombia, Cuba y Uruguay. Recientemente, la Justicia en México despenalizó ese procedimiento.
Nueva política migratoria
En cuanto a la seguridad, los ultraconservadores impulsaron un artículo que ordena la expulsión «en el menor tiempo posible» de los extranjeros que ingresen a Chile, tanto «de forma clandestina o por pasos no habilitados».
Según los datos del Servicio Nacional de Migraciones, en los últimos años llegaron unos 1.700.000 de migrantes, casi la mitad de ellos venezolanos.
Derecho a huelga
El proyecto constitucional prohíbe el derecho de huelga para trabajadores estatales, municipales, de servicios de utilidad pública o de sectores estratégicos.
Además, prevé que los condenados con enfermedades terminales cumplan su pena en reclusión domiciliaria, lo que favorecería a algunos de los más de 130 condenados por violaciones de derechos humanos durante la dictadura.
Nueva constitución: la opinión de los parlamentarios
«La propuesta va un paso más allá que la Constitución de 1980, que dejaba un espacio para que debatiéramos reformas como la que está en discusión (al sistema de jubilación) o salidas alternativas al diseño de las Isapres», sostiene Yerko Ljubetic, exministro de Trabajo y Previsión Social y actual Consejero constitucional.
De su lado, la titular del Consejo Constituyente defiende la «libre elección» de la nueva Carta magna. «El Estado tiene que buscar las soluciones que permitan que todos los chilenos puedan escoger», argumenta Hevia.
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