No es el primero ni el último. Recoleta es uno de los barrios porteños famosos por sus históricos locales nocturnos para adultos. Algunos se visten de café bar para esconder el verdadero negocio de la prostitución.
Este fue el caso de Newport, clausurado este fin de semana por inspectores de la Agencia Gubernamental de Control del Gobierno de la Ciudad no solo por consentir el negocio ilegal del sexo pago sino además por incumplir normas de higiene y de seguridad.
En agosto se conoció el caso de Stavros, otro local nocturno sobre Vicente López 2229, que fue cerrado tras las denuncias sobre el dueño que les sugería a sus empleadas mantener relaciones sexuales pagas con los clientes. Luego de un trago en la barra, se coordinaba el encuentro íntimo y de ahí, la comisión. En Newport, sobre Junín al 1700, se detectó algo parecido. Al menos 30 jóvenes frecuentaban el lugar y aparentaban consumir, cuando en realidad prestaban servicios sexuales.
Además, se detectaron una serie de irregularidades que llevaron a los inspectores a clausurar el lugar como cucarachas y falta de higiene en la cocina e incumplimientos en las normas obligatorias de seguridad como la puerta de emergencia bloqueada. En el lugar –habilitado como café bar– se permitía fumar a los clientes pese a que está prohibido.
El procedimiento se realizó con la colaboración de la Policía Metropolitana, la Dirección Nacional de Migraciones y la Dirección General de Atención y Asistencia a la Víctima. En lo que va del año, la Dirección de Fiscalización y Control realizó más de 10 mil inspecciones en la actividad nocturna.
