Este sábado y domingo, en todo el país, bajo el lema “En tiempos difíciles compartamos más” se desarrollará la nueva edición de la Colecta Anual de Cáritas.
Al respecto los obispos de la Diócesis de Santiago del Estero expresaron, «Cáritas es una de las expresiones visible y concreta del mandamiento del amor que Jesús nos dejó: “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros. Jn. 13,34 Si alguno dice: …porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. Y este mandamiento tenemos de El: que el que ama a Dios, ame también a su hermano. … 1 Juan 4:20-21».
Más adelante los prelados indicaron, «los hermanos de los que nos habla el Señor son los que vemos en lo cotidiano de nuestras vidas, nuestros vecinos de barrio, compañeros de trabajo, de estudio, amigos y en nuestras propias familias, muchas veces fragmentadas. Amar, amar desde el amor auténtico con obras y en la realidad, superando buenas intenciones y meras palabras».
A la vez destacaron, «Cáritas es un ejército de voluntarios en todo nuestro país, incluyendo nuestro Santiago del Estero. Tiene por objetivo: cuidar, asistir, acompañar, promover a personas, familias y sectores que tienen la vida amenazada, sea esto por la pobreza, por enfermedades, por falta de trabajo, por las adicciones que surgen por infinidad de causas, con las consecuencias propias: más miseria, marginación, desaliento y todo tipo de situaciones de pobreza y que lamentablemente llevan muchas veces a la muerte».
«Sabemos que la Pandemia ha recrudecido los índices de pobreza en todo el país. Pero no alcanza con ver números y estadísticas que aparecen en los medios. Tampoco nos sirve con lamentarnos constantemente y acusarnos mutuamente por este descalabro social. Poco a poco pareciera que nos estamos acostumbrando a leer números fríos, sin tomar conciencia de que detrás de cada número hay una persona junto a su familia y todo su entorno que sufren, que lloran, que sienten impotencia, que la desesperanza lo atraviesa», sostuvieron.
«Es por ello que ante tanta aflicción y sufrimiento Caritas quiere despertar la solidaridad y fraternidad, movilizando personas y recursos para asistir distintas pobrezas. Ante esta dura realidad la pregunta que nos hacemos e invitamos a todos: ¡que puedo hacer por mi hermano que sufre!?», expusieron Bokalic y Martínez Ossola.
Por otra parte manifestaron, «en todo el tiempo de Pandemia, -ya son casi quince meses, y lamentablemente van ser muchos más- Caritas no cerró sus puertas. Tanto Caritas Diocesana, como las parroquiales, los voluntarios de merenderos o comedores, los grupos que visitas a familias aisladas por el COVID 19 llevando alimentos, remedios, elementos de higiene, las ollas populares espontaneas en comunidades y barrios: todos ellos siguen atendiendo necesidades urgentes. Es gratificante decir que estos proyectos y asistencia a tantas necesidades se articulan con organismos civiles, con alguna ONG o simplemente con instituciones que se involucraron generosamente en este momento de crisis que sufren muchos hermanos nuestros. No hubo descanso en estos tiempos».
También explicaron, «esto se alcanzó y queremos continuar en este camino, con recursos que llegaron de la misma gente: de la comunidad eclesial y de muchas personas de buena voluntad que no se quedaron indiferentes ante tanto sufrimiento que padecen hoy muchas familias y comunidades y para ello ofrecieron su tiempo, capacidades, talentos y bienes materiales».
Agregaron, «teniendo en cuenta todo esto, siendo conscientes de que nadie está exento de ser sujeto de esta enfermedad y que todos de una u otra forma sufrimos esta Pandemia, Caritas lanza su colecta anual a fin de recaudar fondos de modo que podamos seguir ayudando a tantas iniciativas, proyectos asistenciales: provisión de alimentos para familias, ayuda para acompañar jóvenes en recuperación de adicciones, talleres, asistencia escolar para los que quedaron fuera del sistema, entre otros».
Además afirmaron, «Cáritas se pone al servicio del Señor en nuestros hermanos. Humildemente se convierte en ese puente entre el que da generosamente y el que necesita. Este tiempo de pandemia nos ha enseñado entre otras y tantas cosas y que cada uno en lo personal lo sabe, que nada es inalterable, inquebrantable e indestructible, que la incertidumbre es también parte de la vida, que el tiempo transcurre y que no todo se puede planificar sin pasar por imprevistos, contratiempos o situaciones impensadas. No nos habituemos a leer números fríos, a las palabras: colecta, ayuda, caritas sin pensar que no nos roza. Ante la cultura de la inmediatez esta pandemia nos invita a “parar la marcha” y a mirar al hermano. Puedo ser una partecita pequeña pero al fin concreta de ayuda al otro. Un solo gesto, vale».
Finalmente los obispos explicaron, «las donaciones se recibirán en cada Parroquia, Colegio, Capillas, Comunidades. También la podemos hacer “via On Line” tal como son indicados en los medios y afiches. Seamos en el más humilde anonimato partícipe de ella. Es tiempo de solidaridad, de generosidad, del hacer, del dar, del servir. Por intercesión de la Virgen santísima, pidamos al Señor “un corazón que vea las heridas de la sociedad y manos creativas para curarlas”.
