Un australiano de 34 años murió en diciembre tras diez días de agonía por ingerir una lagartija en el marco de una apuesta. Si bien su deceso ocurrió en diciembre, su familia exigió respuestas para aclarar el hecho.
David Dowell era papá de tres hijos, pero su curiosidad venció a su vida. En una fiesta entre amigos, se animó a comerse el reptil para coronarse ganador de un juego. Lo que nunca imaginó es que lo conduciría a la muerte.
Al principio, su familia sospechó que David había ingerido pollo en mal estado, lo que lo obligó, en diciembre pasado, a pasar 10 días en agonía. Durante la internación, el hombre vomitó bilis verde, se le inflamó notablemente el vientre, su orina tomó color negro y sus pulmones se llenaron de líquido proveniente del estómago.
Diagnosticado con salmonelosis, Dowell finalmente falleció el 11 de diciembre durante una operación, informó Brisbane Times. La familia considera el hombre «se pudrió de dentro hacia fuera» y continúa una cruzada con la que aspiran a conocer las causas de la repentina y traumática muerte.
«Solo sirve para demostrar que cosas tan inocentes como los geckos pueden transportar bacterias», dijo Hannah Dowell, hermana de David.
