La provincia de Santa Fe es uno de los cinco distritos electorales más importantes del país. Tiene cerca de 3 millones y medio de habitantes, de los cuales votan 2 millones y medio. Esa cantidad de votantes la vuelven un territorio clave en el armado electoral, la conformación de listas y la elección de los candidatos.
En Santa Fe gobierna el socialismo desde hace 12 años. En forma consecutiva estuvieron en la Casa Gris- sede de Gobierno de Santa Fe- Hermes Binner, Antonio Bonfatti y Miguel Lifschitz, el actual mandatario. La gestión del partido sufrió un desgaste normal después de más de una década de gestión y ahora se enfrenta al desafío de retener el mayor poder posible en la única provincia en la que tiene peso político.
Frente a ese panorama, los principales exponentes del peronismo santafecino creen que es el momento ideal para intentar recuperar la gobernación. El último fue Jorge Obeid, luego vinieron los mandatos socialistas, y ahora se asoma en el horizonte un escenario de tercios, donde el socialismo, el peronismo y Cambiemos serían protagonistas de una competencia reñida para ganar la gobernación. Así lo marcan las encuestas, así lo creen los dirigentes de los tres espacios.
En lo particular, el peronismo afronta un proceso de reorganización estratégica que tiene cabezas visibles y subdivisiones internas. El dirigente con mayores chances de ser gobernador es Omar Perotti. El ex intendente de Rafaela y actual senador nacional empezó a recorrer la provincia nuevamente y está en pleno armado de su campaña. Su figura tiene un importante respaldo en el interior, el corazón agrícola de Santa Fe, donde al kirchnerismo le cuesta llegar y en dónde puede sacar la mayor ventaja al resto de los competidores.
Perotti tiene una característica particular para manejarse dentro del ámbito político. Evita participar en las disputas nacionales que tiene el peronismo y suele abocarse a los vericuetos del ámbito provincial. Esa idea será la que atraviese su campaña en el 2019. No se va a meter en la elección nacional ni en la organización del peronismo a lo largo y ancho del país. No jugará sus fichas en el armado de Alternativa Federal ni pondrá sus pies demasiado cerca de Unidad Ciudadana. Hará equilibrio. Sabe como hacerlo.
Esa decisión que tiene tomada para actuar en el año electoral también está relacionada a la necesidad de mantener tranquila la interna entre las diferentes facciones del peronismo santafecino. Apuesta a participar de una PASO con Unidad Ciudadana y con María Eugenia Bielsa, a quien prefiere tener de aliada pero de la que no tiene en claro cuáles serán los pasos que decida tomar. De ser así, el peronismo se unirá bajo el mismo paraguas y será un rival muy competitivo para el socialismo y Cambiemos.
Un acuerdo para que participen los tres sectores no sería extraño en Santa Fe. En el 2017 Agustín Rossi y Alejandra Rodenas compitieron en una interna para las elecciones legislativas. El diputado kirchnerista fue el vencedor y logró que un día después la ex jueza sellara el respaldo a su candidatura. El camino que quiere seguir Perotti es similar. Incluso, Rodenas volvería a ser protagonista. En el peronismo local creen que será la candidata a vicegobernadora del actual senador.
Rossi no competirá en el 2019 con el sello de Unidad Ciudadana (UC). Su decisión está relacionada a la ausencia de Perotti en la campaña del 2017. Si bien el senador respaldó la candidatura de Rodenas, evitó que ese acompañamiento fuera público y que su preferencia quedara expuesta en los meses de debate preelectoral. Existe un acuerdo implícito entre ambos para que sus figuras, dos de las más importantes que tiene el peronismo santafecino, no se superpongan y perjudiquen el camino que el otro quiere recorrer.
El espacio que a nivel nacional lidera la ex presidenta Cristina Kirchner y que en Santa Fe tiene a Rossi como su máximo exponente, será representado por el diputado nacional Marcos Cleri o por el legislador provincial Leandro «Kiko» Bussato. «Hay que sintetizar en un solo nombre. Pero el candidato será uno de ellos», reflexionó ante Infobae uno de los armadores de Unidad Ciudadana. El objetivo es mantener el sello de UC en la provincia y trabajar para correr los límites del kirchnerismo en Santa Fe.
Cerca de Perotti también se mueve el armado del Movimiento Evita, que tiene a la legisladora nacional Lucila De Ponti entre las caras visibles. El Evita aún no definió a que candidato acompañara pero la intención es trabajar para la unidad del peronismo santafecino. Seguir la línea del movimiento a nivel nacional. De Ponti quiere volver al territorio y competir por una banca en la legislatura provincial.
La situación de María Eugenia Bielsa es diferente. La ex vicegobernadora de Obeid rechazó el ofrecimiento de Perotti para acompañarlo en el mismo frente y ser candidata a intendenta de Rosario. En principio apostaría a competir por la gobernación pero aún no lo tiene definido. La duda de Bielsa le aporta incertidumbre a los planes de Perotti, quien tiene menos llegada al electorado de centro izquierda, sector más cercano a ella. En una de sus últimas apariciones públicas, Bielsa cuestionó la gestión de Cristina Kirchner y apuntó contra el gobierno de Mauricio Macri. Sin embargo, no dio señales consistentes sobre cuál será el camino que seguirá en el 2019.
Rosario es la ciudad donde se va a librar una de las batallas electorales más importantes de la provincia. Es la localidad donde está concentrado el poder real. Para esa disputa en el peronismo hay nombres en carpeta: el diputado nacional del Frente Renovador Alejandro Grandinetti y el concejal de Rosario Roberto Sukerman. El legislador massista acentúa su vínculo con Perotti y podría jugar en su armado, mientras que Sukerman es un kircherista moderado que tiene el respaldo absoluto de Rossi. En la misma línea, y en caso de quedar afuera de la carrera para gobernador, podría aparecer Bussato.
En el socialismo ya está tomada la decisión de quiénes serán los candidatos. Antonio Bonfatti irá por la gobernación para intentar cumplir un segundo mandato y en Rosario impulsarán a la concejal, y ex funcionaria de Lifschitz, Verónica Irizar, para que compita por la intendencia. Si su nombre logra ganar adeptos, Irizar se enfrentaría en una interna con el concejal Pablo Javkin, uno de los dirigentes con mayor conocimiento dentro del Frente Progresista, que ya adelantó sus intenciones de convertirse en intendente.
La estrategia del socialismo podría tener diferentes caminos en la elección provincial y en la nacional. Es que el actual gobernador, Miguel Lifschitz, negocia con Alternativa Federal, el espacio que tiene a Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey como principales exponentes, para armar un frente electoral donde confluyan el peronismo federal y un sector del progresismo que estaría encabezado por él y en el que estaría incluida Margarita Stolbizer. De ser así, el socialismo competiría contra el peronismo en Santa Fe pero sería aliado de otro sector del mismo espacio en la nación. Por ahora, hay intercambios de charlas y ganas de trabajar juntos de ambas partes. Insuficiente para forjar un acuerdo programático y sólido en el corto plazo.
En Cambiemos el nombre que está instalado es el del intendente de Santa Fe, José Corral. Fue el primero en manifestar sus ganas de jugar por la gobernación con el respaldo del radicalismo y el PRO. Sin embargo, en los últimos meses el diputado provincial y presidente del PRO en Santa Fe, Federico Angelini, dejó la sombra del bajo perfil y le puso voz a sus ambiciones de ser el candidato del oficialismo nacional.
Tanto en el peronismo como en el socialismo consideran que la batalla final en las urnas se polarizará entre ellos. Entienden, con el mismo argumento, que la compleja situación económica nacional limó las posibilidades de Cambiemos de ganar la elección. Por eso avizoran un escenario de tercios que se definirá entre los que gobiernan hace más de una década y los que quieren volver a gobernar Santa Fe después de 12 años.