Candelaria Tinelli hizo compartió una reflexión en su cuenta de Instagram sobre los tatuajes que tiene en su espalda, en la cola y en las piernas. Además, publicó dos fotos en las cuales se la ve totalmente desnuda y datan del proceso en que se realizó el diseño en Francia.
En ese entonces, la hija de Marcelo Tinelli viajó a Toulouse y pasó por cinco sesiones para que el reconocido tatuador Guy Le Tatooer terminara su trabajo. En su momento, se manejó con total hermetismo y ni siquiera había mostrado a través de las redes sociales que había viajado.
Sin embargo, se difundieron las imágenes en un diario argentino. «Quería morime de vergüenza», confesó Cande en las últimas horas. Ocurre que las imágenes habían sido posteadas por su tatuador, pero no había revelado que ella había sido su cliente. «Cool girl from somewhere» (chica cool de algún lado), escribió Le Tatooer en las redes sociales.
«Sufría por lo que la gente podía pensar de mí», continuó la diseñadora de indumentaria y creadora de la marca Madness Clothing.
«Hoy, la verdad me importa tan poco que las subo yo», continuó y agregó que está orgullosa «del cuadro que tengo en la espalda y en la cola».
Cande tiene más de tres millones y medio de seguidores en Instagram y tras la publicación de las fotos, especula que la red social pueda borrarle la publicación por el tipo de contenido. «Fija que la censuran los perejiles», advirtió.
Desde que la joven comenzó a hacerse tatuajes, sus padres se han manifestado en contra y lo hicieron públicamente. «No me gustan para nada y ella lo sabe. Le digo que la hacen parecer sucia. Pero tiene una especie de rebelión, siento como que está tapando algo con todo esto», dijo Soledad Aquino en su momento.
«Siempre discutimos por eso. Tiene una piel divina. Junto con Mica son dos diosas, buenas, humildes. Pero bueno, son cosas de la moda. Igual, siempre le digo: ‘Cuando tengas un bebé tuyo en brazos va a ser un asco'», continuó.
Marcelo Tinelli, por su parte, tampoco estaba de acuerdo y así lo contó su propia hija: «Mi papá no quiere que me tatúe más, pero bueno. Ya soy grande. Entiendo su opinión, dice que soy joven y tiene razón. Pero vivo el hoy, no sé qué me va a pasar mañana».