La fiebre de Oropouche es una infección transmitida por insectos que fue clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con un riesgo “alto a nivel regional” en las Américas, por su rápida propagación.
En la revista New England Journal of Medicine (NEJM), investigadores de Brasil reportaron las pruebas del primer caso confirmado de transmisión vertical del virus Oropouche. La investigación fue realizada por 23 expertos de ocho instituciones brasileñas y marca un avance significativo en la comprensión de la enfermedad.
“Ante la confirmación de que existe la vía de transmisión vertical, habría que dar advertencia a las personas que cursan embarazos y que visitan zonas con brotes de fiebre Oropouche. En países como la Argentina, también podrían registrarse brotes porque el insecto jején que puede transmitir el virus se encuentra dentro del territorio”, comentó a Infobae la doctora Silvia González Ayala, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica.
Qué se descubrió en 2024
En la revista NEJM, los investigadores informaron sobre los casos de fiebre Oropouche que se diagnosticaron en Ceará, un estado históricamente libre del virus Oropouche (OROV).
Un caso notable involucró a una mujer embarazada de 40 años, en su semana 30 de gestación. Como síntomas tuvo fiebre, escalofríos, dolores musculares y dolor de cabeza intenso.
En su atención prenatal rutinaria se había identificado diabetes gestacional, y se le administró metformina. Se le realizaron cuatro ecografías obstétricas de rutina. El 27 de julio, una evaluación médica reveló sangrado vaginal leve y flujo oscuro, con una ecografía que indicó macrosomía fetal.
Para el 5 de agosto, los síntomas persistentes y la disminución de los movimientos fetales llevaron a la confirmación de muerte fetal.
Los diagnósticos moleculares confirmaron una infección aguda por Oropouche, y se descartó dengue, zika, chikungunya y Mayaro. El análisis de tejidos del feto, a través de técnicas mínimamente invasivas, detectó ARN del virus y eso permitió establecer que se trató de un caso de transmisión vertical, es decir, de la madre infectada al feto.
El análisis filogenético indicó que el resultado era consistente con las cepas del brote actual. Estos hallazgos vinculan directamente la muerte fetal con la propagación activa del virus en Brasil, y subrayan los riesgos potenciales de la infección durante el embarazo.
“Estos hallazgos enfatizan los riesgos de infección por Oropouche en el embarazo y la necesidad de considerar esta infección en mujeres embarazadas con fiebre u otros síntomas sugestivos que viven o visitan regiones en las que el virus es endémico o emergente”, afirmaron los investigadores en el artículo publicado como “Correspondencia” en NEJM.
Se sospecha la transmisión sexual
Recientemente, una investigación en Italia había postulado la posibilidad de que el virus pudiera transmitirse al tener relaciones sexuales sin protección, como informó Infobae el 27 de octubre pasado.
Ese trabajo fue realizado por Concetta Castilletti y colegas del Hospital IRCCS Sacro Cuore Don Calabria, junto con Federico Gobbi, de la Universidad de Brescia.
El equipo documentó el caso de un hombre italiano de 42 años que presentó síntomas de fiebre de Oropouche después de haber viajado a Cuba en julio pasado. Se detectó ARN del virus en sangre, suero, orina y semen del paciente.
Dieciséis días después del inicio de los síntomas, lograron aislar un virus replicante en una muestra de semen, lo que sugiere la posibilidad de transmisión sexual, comentaron en la revista de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Cómo protegerse contra la fiebre Oropouche
Ante los brotes epidémicos, la OPS recomendó medidas de control y prevención en zonas con brotes de fiebre Oropouche:
- Hay que fortalecer la vigilancia para detectar insectos, en especial Culicoides paraensis, que es el principal transmisor del virus. Se recomienda identificar y eliminar los criaderos donde se acumula agua.
- Implementar prácticas agrícolas que eviten la acumulación de residuos y mantener áreas limpias de maleza para reducir sitios de refugio de los insectos.
- Usar mallas finas en puertas y ventanas de las viviendas para evitar picaduras.
- Aplicar repelentes aprobados, como DEET, en la piel expuesta y ropa.
- Vestir ropa que cubra las piernas y brazos, especialmente en personas en contacto con el exterior.
- Usar mosquiteros impregnados con insecticida para personas que descansan durante el día, como las personas que cursan un embarazo y los bebés.
Fuente Infobae