La comunidad católica bandeña vivió a pleno la festividad de Corpus Christi en la ya tradicional Santa Misa que fue presidida por el obispo Vicente Bokalic y concelebrada por los sacerdotes de las cinco parroquias de la ciudad. El punto de encuentro fue la plaza Manuel Belgrano.
Con el lema «Como Mama Antula sigamos a Jesús pan de vida, esperanza de los hombres» las comunidades de las parroquias Nuestra Señora de Lourdes, Sagrado Corazón de Jesús, Santiago Apóstol, Cristo Rey y Nuestra Señora de La Salette se unieron -tras caminar en procesión con el Santísimo Sacramento- para celebrar la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo.
Ante una plaza colmada de fieles, el obispo Vicente Bokalic destacó: «Que lindo es compartir esta fiesta en la que honramoss públicamente el misterio de nuestra fe, como decimos en cada misa ‘tomen y coman este es mi cuerpo y después tomen y beban esta es mi sangre’ son palabras que dijo Jesús. También dijo ‘hagan esto en memoria mía’ y les dio ese poder a sus apóstoles que después pasó a los sacerdotes y su objetivo era que hagamos memoria de su inmenso amor. Al fin y al cabo ese pan y vino son el signo del amor de Dios».
«Hay cosas en nuestras vidas que nos cuesta entender el dolor, el sufrimiento, la muerte, las injusticias, tantos males que hay entre nosotros. Cuántas veces miramos al cielo y decimos Señor por qué todo esto; él nos acompaña con su profundo amor porque lo único que da sentido a la vida y la transforma es el amor», resaltó el prelado.
Más adelante expuso: «Hoy queremos honrarlo a Jesús, sabemos que está presente por que creemos en él y le pedimos que aumente nuestra fe para que la podamos testimoniar con las obras de amor, de generosidad, de bondad, de miseriordia. El que sabe lo que pasa en nuestro corazón es el Señor y así nos acepta, nos sostiene, nos transforma y nos da fuerzas para que sigamos adelante».
«La eucaristía que es la presencia de Jesús está íntimamente unida a la vida de cada día; no podemos dejarnos llevar por la envidia, por el egoísmo, si yo he recibido dones y talentos y no sirvo a los demás entonces no aprendí a amar, porque amar es ponerse cerca del que sufre, eso nos enseña Jesús».
Finalmente expresó: «El amor se muestra con obras, vivamos este mandamiento de amor con compasión, compromiso, renovando nuevos caminos de evangelización y servicio llegando a dónde Jesús aún no es conocido, seamos esa Iglesia en salida llevando el mensaje de Dios para hacer un mundo más humano».
Posteriormente se vivió un momento de alabanza en la que los párrocos Gastón Cuello, Hernán Oroná, José Di Paola, Luis Cruz, Federico Poldi y Tino Figueroa compartieron con sus comunidades.
Finalmente el Obispo impartió la bendición final a los presentes pidiendo un feliz retorno a sus hogares, con el corazón lleno de amor y fe para compartir con la comunidad.