Con motivos de las ultimas elecciones para intendente y concejales del pasado 7 de agosto, los integrantes de la Organización Kirchneristas “Movimiento Evita” salieron a hacer valer todo el peso de poder sobre quienes gozan de algún tipo de plan o ayuda social.
En repetidas oportunidades, y cada vez más envalentonados por la libertad de la que gozan para moverse, suelen exigir no muy amablemente, tareas como pedir carteles, hacer pintadas, repartir votos y participar de marchas.
El último y más claro ejemplo del poder que ejercen sobre quienes quedan “presos” de los planes sociales, fue obligarlos a participar de la marcha en apoyo a Cristina Kirchner tras el intento de homicidio en su contra.
Para ponerle nombre y apellido a la reprochable conducta del Movimiento Evita, el concejal por Juntos por el Cambio Facundo Pérez Carletti, manifestó la “bronca” que le dio una situación que le tocó vivo a una pastora evangélica, quien junto a su familia llevan adelante un importante trabajo social en el Barrio Juan Felipe Ibarra.
Alicia aceptó ir como candidata a concejal de este espacio político, y ahí comenzó su tormento, ya que desde el Movimiento Evita la señalaron, que si no salía a repartir votos para el partido “Unidos” le iban a quitar el beneficio del Potenciar Trabajo que tenía.
Ante la negativa de Alicia y los suyos de obedecer sin miramientos lo que el exigía el “Evita”, efectivamente la dejaron sin el beneficio que percibía.
Estas actitudes, debe tener un punto final, el uso abusivo de planes sociales como el Potencia Trabajo debe ser una ayuda a quienes los necesitan y no las cadenas con las que son sometidas muchas familias santiagueñas.