Desalientan ciertas técnicas antitabaco

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Parches. La nueva guía recomienda el uso de fármacos en parches, herramienta de efectividad comprobada.

La nueva Guía Nacional de Tratamiento de la Adicción al Tabaco 2011 desalienta el uso de técnicas con poca evidencia científica como el cigarrillo electrónico, la acupuntura y el láser, así como la hipnosis. Y, en cambio, recomienda el uso de fármacos en parches, chicles, caramelos y espray de nicotina, por su efectividad comprobada para dejar de fumar, al igual que los llamados a líneas telefónicas de ayuda.

Esta herramienta será presentada hoy en el cierre del Sexto Congreso Argentino Tabaco o Salud, que concluye esta tarde en Córdoba, y fue anticipada a La Voz del Interior en forma exclusiva por el Ministerio de Salud de la Nación. La guía fue impulsada por la Dirección de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles, y elaborada por un equipo del organismo dependiente de la cartera sanitaria nacional, con el aporte de un panel de consenso de 24 profesionales de distintas especialidades.

“Participaron neumonólogos, cardiólogos, nutricionistas y psicólogos, entre otros profesionales de distintas provincias”, indicó Mario Virgolini, coordinador del Programa Nacional de Control del Tabaco, y precisó que la nueva guía es una actualización de la publicada en 2008, en base a las nuevas evidencias científicas y recomendaciones de los expertos.

 

“El propósito de esta herramienta es contribuir a la disminución del tabaquismo por medio de facilitar a los profesionales las herramientas necesarias sobre los tratamientos existentes hoy para ayudar a la persona que fuma. Están basadas en la mejor evidencia disponible y adaptadas al marco local, para contribuir a la recuperación exitosa de las personas adictas al tabaco”, destacó Virgolini.

El 27% fuma. En la Argentina mueren cada año 40 mil personas a causa de enfermedades vinculadas al consumo de tabaco, cuyo tratamiento y atención insume 15 por ciento del gasto en salud, de acuerdo con datos del Ministerio de Salud de la Nación.

Los fumadores en el país son, a su vez, 27,1 por ciento de la población, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), de 2009.

Virgolini destacó, no obstante, que viene disminuyendo el consumo de tabaco, ya que en 2005 los fumadores eran casi 30 por ciento de los argentinos (29,7) en la ENFR de ese año.

“Gracias a las leyes provinciales que instituyeron los ambientes libres de humo, no sólo bajó el consumo en esas jurisdicciones, sino también en las provincias donde no había esas normas, porque la población internalizó ese concepto”. Consideró que la ley nacional de control de tabaco sancionada este año también impactará en forma significativa. “Posibilita otro tipo de resortes, como la restricción de la publicidad, que contribuirá a que menos jóvenes empiecen a fumar, en tanto que la introducción de leyendas e imágenes con los efectos nocivos del tabaco desalientan a quienes fuman”, señaló.

A tono. Dirigida a los integrantes de los equipos de salud, la nueva guía terapéutica informa sobre intervenciones eficaces para todo tipo de fumadores –estén o no preparados para dejar de fumar– y cuenta con los estándares más exigentes a nivel nacional para la elaboración de este tipo de documentos.

A su vez, va en sintonía con las medidas recomendadas en el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud.

Y también articula las estrategias de cesación tabáquica con los servicios de salud existentes y las herramientas de promoción y prevención para llevar a cabo un tratamiento efectivo para dejar de fumar.

En Internet. La guía estará disponible desde mañana en:

www.msal.gov.ar/ent.

Para buscar ayuda

Línea gratuita para dejar de fumar: 0800 222 1002.

En la Web: www.dejohoydefumar.gov.ar, con más de 400 lugares para dejar de fumar en todo el país.

Programa Nacional de Control del Tabaco. Se creó en 2003, y desde entonces capacitó en cesación tabáquica a numerosos equipos de salud.

Los principales ejes de la Guía 2011

Sirve. Recomienda el uso de fármacos (parches, chicles, caramelos, espray de nicotina, Bupropión y otras) porque aumentan las tasas de cesación tabáquica. También el uso de líneas telefónicas con llamadas de seguimiento como único tratamiento conductual, o bien como apoyo al equipo de salud, ya que su uso aumenta las tasas de cesación.

En la Web. Incluye los tratamientos para dejar de fumar basados en páginas web, programas de computación y mensajes de texto –solos o combinados con otras acciones– ya que son efectivos en población adulta.

Ojo. Advierte sobre tratamientos farmacológicos con insuficiente evidencia de efectividad (benzodiacepinas, betabloqueantes, citisina, acetato de plata) o con evidencia de ineficacia (inhibidores de la recaptación de serotonina, naltrexona, mecamilamina).
Mejor no. No recomienda el uso de propuestas con poca evidencia de efectividad: cigarrillo electrónico, glucosa, acupuntura tradicional, electroestimulación, bioinformación (biofeedback) y deprivación sensorial.

Placebo. Advierte que el láser y la hipnosis no superan al efecto placebo. Desaconseja las terapias aversivas (fumar un cigarrillo tras otro para generar rechazo) que, aunque tienen alguna eficacia, su uso ocasiona alta exposición al humo de tabaco.

Motivación. Incorpora el estilo motivacional del profesional en la atención de las adicciones.

En equipo. Remarca la eficacia de la participación activa del equipo de salud con el paciente, ya sea en breves minutos, como en intervenciones intensivas especiales, grupales o individuales. Incluye una sección para embarazadas y otra de
enfermedad psiquiátrica.

Fuente: La Voz del Interior

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