Escuchas telefónicas que arrojaron información precisa sobre el traslado de la droga. Despliegue territorial que permitió desarticular por completo a la banda tras detener a la “patrona del norte”, su cabecilla, y otros cuatro integrantes de la red narco que se asentaba en Salvador Mazza, el Chaco salteño y la Ciudad de Salta.
De esa forma, el Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Patricia Bullrich, preparó la histórica “Operación Críquet”, en la que se interceptaron en Santiago del Estero casi 231 kilos de cocaína que tenían la marca de calidad del Cártel del Golfo y que, según arrojó la investigación, podían tener como destino el puerto de Buenos Aires.
La pesquisa de la Gendarmería Nacional dio cuenta de maniobras ilegales en el momento en que se estaban desarrollando: la “Banda de la Patrona del Norte” estaba moviendo un gran cargamento de estupefacientes. La principal investigada, conocida también como la “negra Gloria”, había organizado el transporte en un camión con acoplado que había adquirido a principio de este año.
La maniobra requería del esfuerzo de todos los miembros de la organización: el “cata”, responsable de barrer las rutas; Mario, el chofer; una mujer que cumplía distintos roles; y la mano derecha de la Patrona, a quien llaman “el loco Jorge”.
“Este procedimiento es muy importante porque demuestra todo el trabajo que estamos haciendo junto a las fuerzas federales: inteligencia criminal, cooperación policial y despliegue en el terreno”, expresó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Y agregó: “Para sacar la droga de las calles estamos profundizando las investigaciones que nos permitan conocer a fondo las metodologías del narcotráfico y desarticular a las organizaciones”.
En el marco del programa “Argentina sin Narcotráfico”, la Gendarmería Nacional –institución que comanda Gerardo Otero- se desplegó rápidamente cuando obtuvo la información que señalaba la puesta en marcha de un mecanismo para trasladar la cocaína. Así, el personal del Escuadrón Santiago del Estero montó un dispositivo sobre la Ruta Nacional 16, ya que se presumía que el camión tenía que pasar obligatoriamente por el corredor. Fue finalmente sobre el kilómetro 449 donde se dio la voz de alto a un rodado que cumplía con las características señaladas por los detectives.
Se trataba de un Volvo con acoplado, conducido por Mario, que se dirigía rumbo a la ciudad santiagueña de Sacháyoj. Los gendarmes lo identificaron y confirmaron sus sospechas: la droga estaba escondida en cuatro ruedas desinfladas. Casi 231 kilos de cocaína de máxima pureza, con el diseño de un delfín que marca su calidad y su origen: el Cártel del Golfo. El estupefaciente estaba distribuido en 220 paquetes rectangulares tipo “ladrillo” de distintos colores (plateado, verde y ocre).
Al mismo tiempo, los inspectores seguían minuto a minuto con las escuchas telefónicas. Así se supo del momento en que tomaron conocimiento acerca de la “Operación Críquet” y comenzaron a moverse para evitar ser hallados por las fuerzas federales. Pero fue en vano: la Gendarmería estaba trabajando ya en siete allanamientos simultáneos en la capital salteña, la localidad de Tartagal e Ituzaingó, provincia de Buenos Aires.
De esta forma fueron arrestados el resto de los integrantes de la banda, incluyendo la “Patrona del Norte”, que fue detenida en un control vehicular especialmente emplazado a unos 15 metros de Rosario de la Frontera. Todos los narcotraficantes fueron puestos inmediatamente a disposición del Juzgado Federal N° 1 de Salta, a cargo de Julio Leonardo Bavio, que intervino en la causa a través de la Secretaría N° 2 de Federico Jorge Mateos.
Pocos días atrás la Gendarmería había secuestrado otro cargamento con el mismo delfín: 15 kilos de cocaína en Formosa, a los que se sumaron otros 80 kilos de marihuana. Ante esto, las fuerzas federales estudian el posible acopio que se podría estar llevando a cabo en la Argentina para luego exportar los narcóticos de máxima pureza hacia otros países.
La “Operación Críquet” se configura como uno de los procedimientos más importantes en la provincia del Santiago del Estero. Se suma así al histórico operativo “Halcón 9”, en el que se incautaron 1800 kilos de cocaína que habían sido arrojados desde una avioneta, en julio de 2017.
