Doctora Pereyra: «Salimos a defender a los hijos, y a esconderlos de las garras de la muerte»

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Ni el calor ni la lluvia impidió que una marea humana tomara las calles de ciudad Capital para expresar su rechazo al tratamiento de la Ley del Aborto Legal. Los santiagueños alzaron su voz y nuevamente dijeron NO al asesinato de niños inocentes. Una de los oradores de la tarde fue la doctora María de los Ángeles Pereyra  quien no dudó en afirmar: «salimos a defender a los hijos y a esconderlos de las garras de la muerte» y agregó, «retomemos el protagonismo como familia y no entreguemos a nuestros hijos a las ideologías».

Tal como estaba previsto este lunes -en horas de la tarde- se desarrolló una marcha en defensa de las dos vidas y en contra del aborto legal. En la ocasión cientos de santiagueños, con el fuerte apoyo de la Iglesia, recorrieron las calles portando carteles con mensajes a favor de la vida.

La larga columna se dirigió a la Cámara de Diputados de la provincia. Allí una de los oradores fue la doctora María de los Ángeles Pereyra quien indicó, «hoy 28 de diciembre, es el día de los Santos Inocentes. Hace más de dos mil años fueron condenados por un gobernante que quería conservar su status quo y fueron masacrados muchos niños. En ese momento el asesino se llamaba Herodes, hoy se llama aborto».

Por otra parte fustigó, «los senadores tienen mañana martes la posibilidad histórica de gobernar conforme a las convicciones que nos unen como país. Hoy estamos como hace dos mil años, saliendo a defender los hijos, a esconderlos de las garras de la muerte, para que esta ley que mañana será tratada, injusta, inmoral, inhumana».

Pereyra destacó, «siempre he tenido con claridad que la vida es sagrada, pero nunca nada me había movilizado tanto como mi hija mayor cuando con quince años, cuando se empezaba a debatir este tema del aborto, me dijo ‘Mamá, todavía no se si soy celeste o verde’ no se imaginan lo que pasaba por mi mente y mi corazón. En ese momento he sentido la necesidad imperiosa de salir a mostrar mis convicciones y me volví militante por la vida».

«Somos Pro Vida con orgullo, porque serlo no es decirle no al aborto; ser pro Vida, en mi caso como médica, es abrir la puerta recibir al paciente y saber contener, no sólo por un juramento hipocrático; no es religión, habremos sacado a Dios de nuestros corazones pero jamás debemos sacar a la ciencia de la humanidad; la ciencia es la que nos dice que eso es vida humana. Está en riesgo la esencia de la humanidad«, sostuvo con gran convicción.

Más adelante señaló, «hoy los médicos estamos siendo atacados y nos están quitando el derecho a objetar. Esta ley nueva disfraza que tendremos derecho a la objeción de conciencia, pero si el aborto es por pastillas, en la casa, en esa soledad donde debe decidir abortar un hijo, cuando apremian los tiempo. Hablo en nombre de las mujeres con embarazos vulnerables viven situaciones tremendas».

La profesional de la salud también le habló a la familia, «¿cuál es la clave familias?. La  educación, tomemos la educación en las familias, retomemos el protagonismo, no entreguemos a nuestros hijos a las ideologías. Educación sexual con ciencia, sin ideología, con responsabilidad«.

En otra parte de su alocusión la doctora Pereyra manifestó, «soy la médica que acompañó el nacimiento de un niño, hijo de una madre adolescente, la que fue perseguida por mi objeción de conciencia. Pero lo más grave fue la impresión que me quedó como madre que no seremos dueñas de nuestros úteros; obligan a adoptar porque el Estado dispone que una menor no tiene los medios».

«¿Por qué no vamos con la prevención primero?. La educación es el pilar para salir de esta encrucijada, eduquemos jóvenes que se aferren a la vida; la edad cronológica los hace exigir derechos, pero la conciencia les abrirá las puertas a la responsabilidad. Lamentablemente, muchos de nuestros jóvenes cuando la conciencia se abre o aparece es demasiado tarde, la mujer carga, la familia también con una historia triste de aborto que lastima y no imaginan cuanto. Por eso estamos aquí para salvar las dos vidas; la de la madre que no se imaginan al infierno que se enfrentan, si sólo tuvieran contención de nuestro estado y contención de la comunidad», acotó.

A los militantes de la vida les pidió, «ser más constantes, más visibles en nuestra ayuda a los más vulnerables, les pido ese compromiso. La humanidad es salvada por un grupo de rebeldes, la rebeldía es vivir, la sumisión es morir. Siempre que haya un puñado de rebeldes en las ciudades o pueblos y salgan a expresarse estará salvada la industria, el trabajo, el arte, la cultura, pero sobre todo estará salvada la vida y su valor».

Finalmente la doctora Pereyra expuso, «no bajemos los brazos, cualquiera sea el resultado, aquí no termina nuestro trabajo, les pido más compromiso».

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