«No he visto un incendio como este en el condado de Riverside en mi carrera», dijo el jefe de división de los bomberos, John Crater.
A esto se suma que los restos del huracán Kay, que azotó México, provocaron una tormenta tropical con fuertes vientos que avivaron las llamas, según consignó la agencia de noticias AFP.
Al respecto, el Servicio Meteorológico Nacional (SMS) advirtió que «podrían caer hasta 18 centímetros de agua en el área alrededor del incendio, generando un riesgo de inundaciones y flujos de lodo en áreas donde el suelo quemado no puede absorber un aguacero repentino».
«Podríamos pasar de un evento de extinción de incendios a una lluvia significativa, deslaves, deslizamientos de tierra», precisó Jeff Veik, de la Unidad Riverside de los bomberos. «Tenemos días desafiantes por delante», agregó.
En tanto, una zona de evacuación fue ampliada para abarcar a más de 20.000 personas.
El oeste de Estados Unidos lleva más de dos décadas en una sequía histórica que, según los científicos, está empeorando por el cambio climático generado por las actividades humanas.
Gran parte del campo está reseco y cubierto de maleza, lo que crea el marco ideal para incendios forestales rápidos y destructivos. En este sentido, los climatólogos precisaron que a medida que la Tierra continúe calentándose debido a «la incesante quema de combustibles fósiles», estas condiciones empeorarán aún más.
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