El festejo de Alberto Fernández, la prudencia frente a Santa Fe y su primer viaje de campaña a San Juan

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El comunicado del PJ sonó a grandilocuente festejo en el último domingo electoral antes de las Primarias de agosto: «El Consejo Nacional del Partido Justicialista se hincha de orgullo militante al saludar a todos nuestros candidatos a gobernador que han hecho excelentes elecciones allí donde se han presentado». Aunque celebró y felicitó a los ganadores, Alberto Fernández fue más prudente: tras el contundente triunfo en Formosa saludó telefónicamente a Gildo Insfrán; a Alberto Rodríguez Saá le prometió trabajar juntos y no mencionó el resultado de Tierra del Fuego mientras que con Omar Perotti habló durante la tarde y lo felicitó vía redes sociales después de las 22 cuando la tendencia era irreversible en Santa Fe a su favor.

«El pueblo santafesino eligió mirar para adelante», evaluó Fernández desoyendo a quienes creen que el ex jefe del bloque del PJ Miguel Pichetto puede llevar a Perotti hacia el oficialismo macrista. Difícil que el gobernador electo que le puso el cuerpo a una campaña basada en promesas y propuestas de lucha contra el narcotráfico se deje tentar. Dicen que ayer dijo en Rafaela que nunca se fue del PJ y que no lo haría jamás. A diferencia de Juan Schiaretti en Córdoba, que retuvo su propia gestión, el santafesino corrió al socialismo y volvió a convertir al PJ en triunfador. Tiene con qué hacer valer lo que logró.

El escenario para agosto

Ni Perotti ni el socialismo son dueños de los votos. No puede garantizar que el 77% que sacaron él y Antonio Bonfatti opten por Macri o por la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández. No está probado que esos votos sean antimacristas ni antikirchneristas.  En principio, la suma del Frente Juntos y el Frente Progresista parecería una ecuación opositora a la Casa Rosada si se toma por cierto que el gran derrotado fue José Corral, ex presidente de la UCR e intendente de Santa Fe que cayó incluso en su ciudad. No le alcanzó ni con el apoyo de los últimos días de Miguel Del Sel de Cambiemos ni con la reiterada presencia de Elisa Carrió.

En territorio santafesino hay datos para no obviar: Pablo Javkin por ejemplo no pudo sumar todo lo que en Rosario había obtenido en las PASO y lo que logró Verónica Irizar. Si fuera fútbol, cada elección en Santa Fe sería un partido distinto y lo será el turno nacional de agosto. Javkin se consagró intendente de Rosario por una mínima diferencia frente al justicialista Roberto Sukerman en la misma ciudad donde cayeron su intendenta Mónica Fein y el resto del socialismo.

A nivel nacional en el Frente de Todos había positiva expectativa respecto al triunfo del peronismo en Santa Fe pero algunos dirigentes albergaban cierto temor a lo que algunos llamaban el «efecto Pichetto»: que la elección de Mauricio Macri a favor del senador rionegrino como compañero de fórmula modificara a último momento la intención de votos de alguna porción del electorado de Santa Fe. La boleta única de papel en aquella provincia permite alquimias imposibles en otros distritos.

El otro temor aún no despejado es la distancia que Perotti tomó de la pelea nacional.No fue el único. La mayoría de las provincias desdoblaron su elección y el senador justicialista, como varios gobernadores, aprovechó para hacer una campaña basada en su perfil personal y hasta tuvo una estética más publicitaria que política. Ganó la PASO frente a la kirchnerista María Eugenia Bielsa, acuerdo mediante, y se garantizó el trabajo en equipo hasta de los fans de Cristina Fernández con los que nunca comulgó. Lo dijo al celebrar su triunfo: «Cada uno de ellos estuvo integrado en la campaña».  Y les agradeció.

Aunque sólo toquen temas inherentes a la problemática local, hasta el hiperkirchnerista Agustín Rossi mantiene en buen diálogo con Omar Perotti. Ayer hablaron varias veces durante el día pero el electo gobernador no dio pistas sobre qué hará a nivel nacional. Felipe Solá, hombre fuerte en el entorno de Alberto Fernández con diálogo con los gobernadores y tal vez con un rol de enlace con las provincias, fue otro de los que ayer habló con Perotti y con su vice electa Alejandra Rodenas. Lo mismo hizo vía chat y con los dos, el tigrense Sergio Massa. Todos se  mostraron prudentes, expectantes y quedaron en modo espera respecto al triunfador que ahora tiene jinetas para hacer relucir en las conversaciones.

Dicen que incluso Cristina Fernández habló con el gobernador electo la semana pasada, dato que Infobae intentó confirmar pero que los interlocutores prefirieron mantener en reserva. De todos modos si Sergio Uñac en San Juan se tomó su tiempo tras ser reelecto, más tiempo podría tomarse Perotti para hacer campaña a favor de los Fernández.

La mayoría de los integrantes del Frente de Todos confían en que jugará de ese lado pero tienen que calmar su ansiedad. Nadie esperaba que el santafesino, más parecido al senador y ex gobernador Carlos ‘Lole’ Reutemann que a Rossi o Bielsa, ofrendara su triunfo a un precandidato nacional. Tampoco esperan una adhesión en estos días aunque aseguran que ya están armando listas de candidatos nacionales en el frente de unidad para presentar ante la justicia electoral el próximo sábado 22.

A pesar de este matiz hubo alegría en hogares de dirigentes peronistas el mismo día en que muchos con dolor despidieron al economista Aldo Pignanelli.

Primero celebraron que en las cuatro provincias que votaron ayer ganara el justicialismo, aunque en Tierra del Fuego  Rosana Bertone tuvo que reconocer el triunfo de Gustavo Melella mientras que en Ushuaia era reelecto como intendente Walter Vuoto, con camiseta de La Cámpora y en Río Grande Martín Pérez, ambos bendecidos en el Instituto Patria por Cristina Fernández. Bertone contó con el apoyo de los Fernández, fundamentalmente de Alberto. Melella representa a Forja que a nivel nacional integra el Frente de Todos y cuyo referente nacional Gustavo López  acordó en Capital con Mariano Recalde, de La Cámpora y cristinista ‘puro’.

En segundo lugar la alegría estuvo motivada porque por primera vez cayó un oficialismo, el Frente Progresista de Santa Fe, lo que les da argumentos en contra de la tercera vía de Roberto Lavagna-Juan Manuel Urtubey que apoya Miguel Lifschitz en Consenso 19.

«Es el último envión que necesitábamos», dijo con felicidad una diputada nacional a este medio al destacar que se refuerza la idea de que el PJ gana donde hay unidad. No fue Santa Fe la excepción y el kirchnerismo se ‘bancó’ la derrota en una PASO.

Alberto Fernández, quien más diálogo tiene con los justicialistas no K, aún no tiene prevista un reunión con Perotti como la tuvo de inmediato con otros ganadores en las provincias. Uñac, como el entrerriano Gustavo Bordet, pasó por su casa y los tres son piezas que en Casa Rosada se quieren ‘robar’.

Pero Fernández, que esta semana se concentra en el armado de las listas y pide a todos hacer esfuerzos para acordar los nombres y apellidos que inscribirán, tiene un plan: el jueves, feriado por el Día de la Bandera, viajará a San Juan. Será su primer viaje a una provincia como precandidato a presidente de la Nación y obviamente su anfitrión será Sergio Uñac y también José Luis Gioja, presidente del Consejo Nacional Justicialista que después de más de un año de tropiezos recuperó la alegría.

Hace un par de años a Gioja lo acusaron de ‘traidor’ y en 2018 la jueza María Romilda Servini de Cubría le intervino el partido y puso a Luis Barrionuevo temporariamente en su lugar. En ese momento él y Uñac se medían a distancia. Sin embargo el ex gobernador sanjuanino y diputado nacional, que se salvó en campaña de un trágico accidente en helicóptero, está revitalizado por estos días: llevó a Cristina Fernández por primera vez a la sede de Matheu 130 para que terminara de reconciliarse con el partido y hace menos de una semana encabezó la delegación peronista que dio la última puntada al acuerdo que en privado armaban Sergio Massa y Máximo Kirchner. Hasta se lo nota rejuvenecido por estos días.

En San Luis Fernández no se metió. Temía sumar discordia entre los hermanos Alberto Rodríguez Saá y Adolfo Rodríguez Saá aunque el primero siempre estuvo más cerca del kirchnerismo y pregonó una unidad que no pudo lograr ni aún con su lazo de sangre en su provincia. Eso sí, los equipos del puntano merodeaban el búnker de Fernández en San Telmo para empezar a trabajar con sus pares. Se les dará la bienvenida aunque ayer hizo mutis en la conferencia y no compartió el triunfo con ningún referente nacional.

Nadie tiene dudas respecto a Insfrán y Formosa. El caudillo fue quien más llamados atendió ayer y es el más alineado. Sus tres tercios de votos en su séptimo triunfo serán ofrendados al kirchnerismo aún cuando ‘la jefa’ Cristina Fernández no hizo pública ninguna felicitación.

No es su estilo.

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