El Gobierno reclamó a Rusia por la extradición del funcionario iraní implicado en la causa AMIA

0
402

Tras el compromiso adquirido por Mauricio Macri con las autoridades de la AMIA de llevar el reclamo de justicia a nivel internacional, el canciller Jorge Faurie se reunió este viernes con el viceministro ruso de Relaciones Exteriores para las Américas, Sergei Ryabkov, para conocer el estado del pedido de extradición contra el ciudadano iraní Ali Akbar Velayati, en el marco de la causa por el atentado a la mutual judía.

El encuentro tuvo lugar en el ámbito de la Cumbre de los BRICS, que se realiza en Sudáfrica, por expresa instrucción del presidente argentino.

Ante la consulta de Faurie, Ryabkov indicó que el pedido de extradición librado por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral había sido «oportunamente encaminado»por su Cancillería a las autoridades judiciales rusas y que la Procuración General rusa «daría respuesta a la brevedad».

Canicoba Corral pidió la detención de Velayati semanas atrás, luego de tomar conocimiento de que el excanciller iraní se encontraba en la Federación de Rusia. Sin embargo, tras la solicitud de la Justicia argentina, el presidente ruso, Vladimir Putin, recibió en su residencia al funcionario iraní, lo que ocasionó malestar en el Gobierno, aunque aclararon que no presentaron queja a Moscú.

El 17 de julio pasado, un día antes del acto por un nuevo aniversario del atentado a la AMIA, Macri se comprometió ante las autoridades de la mutual judía a «dar un fuerte impulso internacional» a la causa por el ataque terrorista ocurrido en 1994 y evitar que los acusados iraníes por ese ataque puedan salir de Teherán sin inconvenientes a otros países.

Velayati era ministro de Relaciones Exteriores de Irán cuando ocurrió el ataque terrorista –ocupó el cargo entre 1981 y 1997– y está acusado de haber participado de la reunión que se celebró el 14 de agosto de 1993 en el Consejo Supremo de Seguridad en la que se decidió el ataque.

No es la primera vez que Velayati sale de Irán. El año pasado estuvo en Singapur, Malasia y Líbano. Pero a pesar de las quejas que presentó en ese entonces el gobierno argentino, el funcionario iraní no pudo ser detenido. Sobre él pesa un pedido de captura nacional e internacional desde noviembre de 2006 aunque no rige una «alerta roja» de Interpol, lo que impide una detención automática.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here