Este domingo, frente al agravamiento de la crisis boliviana, el Grupo de Puebla trató el tema a través de una video conferencia con Adriana Salvatierra, presidente del Senado boliviano, y a quien Evo Morales comisionó para dialogar con los ex presidentes y otros líderes latinoamericanos reunidos en Buenos Aires.
La videoconferencia fue organizada por el dirigente chileno Marco Enríquez Ominami y la voz cantante del diálogo, además de él, la llevaron Ernesto Samper y Martín Torrijos, respectivamente. ex presidentes de Colombia y Panamá.
Con 29 años, Adriana Salvatierra es tercera en la línea de sucesión presidencial, detrás de Evo Morales y del vicepresidente, Álvaro García Linera. La senadora, hablando en nombre del Presidente de Bolivia, fue la encargada de poner al tanto al Grupo de Puebla sobre la delicada situación que se vive en el país y los planes de Evo Morales para el futuro inmediato. El Presidente anunció que convocará a nuevas elecciones y dejó una frase algo ambigua -habló de “nuevos actores políticos”-, que abre especulaciones sobre si se volverá a presentar o no.
La videoconferencia se extendió por espacio de 40 minutos. Por la Argentina, estaban presentes tres dirigentes muy cercanos a Alberto Fernández: su posible futuro canciller, Felipe Solá, Carlos Tomada -otro referente con chances de volver a un gabinete nacional- y Jorge Taiana, ex canciller de Cristina Kirchner, que sería su sustituto en el Senado a partir del 10 de diciembre.
No estaba presente el Presidente argentino electo, pero ayer Alberto Fernández se explayó sobre el tema de Bolivia en su discurso en la primera sesión del encuentro del Grupo de Puebla. Contó que la crisis de ese país había sido uno de los temas que evocó en su larga charla telefónica con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y, más tarde, cuando llegaron nuevas noticias inquietantes sobre el desborde de la situación política e institucional en Bolivia, llamó al mismísimo Evo Morales para interiorizarse de la situación, expresarle su solidaridad y empatía frente a los ataques de que fue objeto la hermana del presidente cuya vivienda fue una de las que incendiaron los manifestantes radicalizados.
El Grupo de Puebla caracterizó como “intento de golpe” o “golpe de Estado en marcha” a las protestas -en muchos casos violentas- de quienes consideran que hubo fraude en las elecciones del 20 de octubre pasado, y que rechazan además que Morales asuma por un cuarto mandato. Cabe recordar que esa posibilidad había sido rechazada en un referéndum en 2016, desconocido por Evo Morales quien presionó al Tribunal Constitucional Plurinacional para que lo habilitase a competir nuevamente, con los resultados a la vista.
El posicionamiento de los lideres del Grupo de Puebla queda algo desfasado a la luz de la decisión del dictamen de la OEA, que consideró que hubo irregularidades muy graves en los comicios y por lo tanto se negó a validar el resultado de la primera vuelta electoral, y, sobre todo, del acatamiento por parte de Evo Morales del llamado a nuevas elecciones.
