El Indec registró en el tercer trimestre la creación de 139 mil empleos y baja del desempleo a 8,5%

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El organismo oficial de estadística sorprendió a propios y extraños con el resultado de la Encuesta Permanente de Hogares correspondiente al tercer trimestre de 2016, no tanto por la disminución de la tasa de desocupación en casi un punto de la oferta laboral total, en sólo tres meses, sino porque a diferencia del pasado, cuando esa mejora relativa se sustentaba en la disminución de la oferta de trabajadores, ahora fue la consecuencia de la creación de 139 mil puestos, sobre una población urbana de poco más de 27 millones personas.

Y si se proyecta ese resultado al total nacional, con una población total de 43,5 millones, surge que entre julio y septiembre se generaron  193 mil empleos netos, a razón de poco más de tres a uno de aumento de la oferta laboral, o población económicamente activa.

Semejante incremento de la ocupación no se correspondió con los datos del Ministerio de trabajo que hasta agosto registró 11,97 millones de personas ocupadas en la formalidad (unas 500 mil más que la que estimó el Indec con la EPH que incluye los informales, u ocupados en negro), apenas 20 mil más que en el promedio del segundo trimestre.

Tampoco se correspondió el aumento de la tasa de empleo con otras estadísticas del propio Indec que dieron cuenta de que el Estimador Mensual de Actividad Económica acusó en septiembre una aceleración del ritmo recesivo que había mostrado en los meses previos.

A partir de esos datos de aumento del empleo, de 41,7% a 42,1% de la oferta laboral entre julio y septiembre, el organismo de estadísticas a cargo del economista Jorge Todesca estimó que el desempleo se redujo en al agregado de 31 aglomerados urbanos a 8,5%, a 1,07 millones de personas, 96 mil menos que el promedio estimado para el segundo trimestre.

La proyección al total nacional de esas referencias determinó que en el período más recesivo del año la economía logró disminuir el estado de desempleo a unas 148 mil personas.

El Indec levantó en junio el apagón estadístico que dispuso para el primer semestre del año, porque consideró que los datos procesados bajo la presidencia de Cristina Elisabet Kirchner dejaron de ser confiables bajo la intervención de hecho del ex secretario de Comercio Guillermo Moreno.

Pero aún no logró superar las deficiencias que arrastra la Encuesta Permanente de Hogares, que se manifiestan en haber medido nuevamente situaciones de cuasi pleno empleo en diversos aglomerados urbanos del país que no se corresponden con la estadística también oficial de singulares índices de pobreza, como Jujuy, Chaco, Formosa, Misiones, Río Negro, entre otros.

Con semejantes observaciones tal vez hubiese sido preferible mantener el «apagón estadístico» de la Encuesta Permanente de Hogares, y trabajar en la ampliación de aglomerados a relevar, dado los singulares movimientos demográficos, con nuevos asentamientos urbanos en todo el país, de modo de asegurar que el resultado de la nueva medición resulte congruente con el resto de los indicadores sociales y de actividad económica, que elabora el Indec, y las series de empleo registrado de la AFIP y el Ministerio de Trabajo.

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