Cuatro dirigentes políticos de la Argentina participan del «Encuentro de católicos con responsabilidades políticas al servicio de los pueblos latinoamericanos»que se desarrolla en Bogotá, Colombia. El evento, que se lleva a cabo por iniciativa del papa Francisco, fue organizado por La Comisión Pontificia para América Latina (CAL) y el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
El encuentro, que concluirá el domingo y se realiza en la sede de la Conferencia Episcopal Colombiana, nuclea a obispos, cardenales y más de 70 dirigentes políticos de América Latina. Entre ellos se encuentran el senador nacional por Buenos Aires, Esteban Bullrich, el ex presidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez, el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, y el senador nacional por Santa Fe, Omar Perotti.
Los tres peronistas y el legislador electo de Cambiemos fueron los únicos invitados al encuentro donde se debatirá durante tres días sobre la situación política y social de los países de Latinoamérica, el rol de los dirigentes en sus territorios y el trabajo pastoral de la Iglesia Católica junto a los políticos de la región.
Durante el primer día del encuentro, al que solo faltó Bullrich, quién se sumará al grupo en la mañana del sábado, el papa Francisco les envío un mensaje a los dirigentes políticos. «La política es, ante todo, servicio. No es sierva de ambiciones individuales, de prepotencia de facciones o de centros de intereses», les dijo en un video que fue emitido en las primeras horas del viernes.
El Sumo Pontífice les recalcó a los dirigentes que «de vuestro diálogo se podrán ir sacando factores iluminantes, factores orientadores para la misión de la Iglesia en la actualidad» y les aseguró que falta «formación y recambio de nuevas generaciones políticas».
Francisco hizo también una fuerte crítica a la situación de los partidos políticos en Latinoamérica y el distanciamiento que existe entre la sociedad y muchos de los gobiernos actuales.
«Estoy seguro qué todos sentimos la necesidad de rehabilitar la dignidad de la política. Si me refiero a América Latina, como no observar el descredito popular que están sufriendo todas las instancias políticas, la crisis de los partidos políticos y la ausencia de debates políticos de altura que apunten a proyectos y estrategias nacionales y latinoamericanas que vayan más allá de las políticas de cabotaje», sostuvo durante el mensaje que leyó y grabó.
Además, criticó la frecuencia con la que «el diálogo abierto y respetuoso que busca convergencias posibles, se sustituye por ráfagas de acusaciones recíprocas y decaídas demagógicas».
El ex presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, participó del panel «¿Qué dicen los políticos a los pastores y a las comunidades cristianas?», junto a el ex presidente de México Felipe Calderón. Durante su exposición, recordó la labor de Francisco cuando era Arzobispo de Buenos Aires y el mensaje que logró transmitir en los sectores más pobre de la sociedad.
Domínguez recordó que «en la Argentina el cardenal vivía como pensaba, no que era que hablaba de una manera y pensaba de otra» y que «se lo veía en las calles, en los subtes y en las villas».
«Francisco era un testimonio de vida y tenía la capacidad de interpelar al orden establecido. Y lo hacía desde las periferias. Es decir, las villas, lugares donde no estaba el Estado, estaba la pastoral y los curas villeros. Y lo menciono como un hecho que genera expectativa porque allí, en las periferias, estaba nuestra Iglesia», señaló.
El gobernador de San Juan, Sergio Uñac, formó parte de una rueda de diálogo y expresó su parecer con respecto al momento que atraviesa la dirigencia política en América Latina. «Creo oportuno poner en valor algo que expresó el papa Francisco y es que no se puede gobernar si uno no lo hace con humildad y respeto. Una frase rápida y corta que hace eclosión en varios de los dirigentes que no nos damos cuenta que si perdemos esas dos virtudes, evidentemente no estamos gobernando hacia la sociedad», sostuvo.
Luego de escuchar el mensaje del Papa, el gobernador de San Juan aseguró que «Francisco nos dio una serie de señales qué si no las tomamos, los dirigentes políticos estamos perdiendo una oportunidad histórica. Hace falta una alianza estratégica entre la Iglesia y la política».
