Aedes aegypti. Nunca escuchamos tantas veces este término derivado del latín y el griego aēdēs, que se traduce en español como “el que es molesto o desagradable”. Este nombre, difícil de pronunciar, es el tipo de mosquito que transmite en Argentina y la región el dengue, el virus que esta semana es noticia a raíz de un brote sin precedentes.
La epidemia de dengue de este año ha mostrado un incremento en el número de casos, siendo 11,3 veces superior al registrado en el mismo lapso del año previo.
Uno de los aspectos cruciales para prevenir la infección radica en que la ciudadanía minimice el contacto con los mosquitos, vectores del virus, evitando sus picaduras tanto en interiores como en espacios abiertos y alrededores de las edificaciones.
El documento, divulgado por el Ministerio de Salud de la Nación, también informa sobre la lamentable cifra de 79 fallecimientos durante este período, además de 248 pacientes que fueron diagnosticados con dengue grave, representando esto el 0,20 % del total de casos.
La atención oportuna de las personas con síntomas puede marcar una diferencia para evitar desenlaces fatales.
En este contexto, Argentina toma medidas para mejorar la respuesta frente a estos desafíos. Mario Russo, el Ministro de Salud de la Nación, junto con Eva Jané Llopis, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) en Argentina, anunciaron una iniciativa pionera: la creación de la Red Federal de Referentes para la Atención de Personas con Enfermedades Arbovirales.
Esta red, presentada en un evento que reunió a profesionales de la salud de todas las provincias, busca coordinar esfuerzos de manera articulada entre las distintas jurisdicciones. Russo subrayó la importancia de esta colaboración y el rol crucial que juegan los territorios en el combate contra el dengue, sugiriendo que el trabajo conjunto municipal, provincial y nacional es indispensable.
Por otro lado, Llopis destacó que el lanzamiento de esta red no solo busca promover la coordinación sino también fortalecer las destrezas del personal de salud en la detección temprana y el manejo adecuado del dengue. Enfatizó que esta iniciativa forma parte de un esfuerzo regional para abordar las enfermedades virales transmitidas por mosquitos, con redes similares ya operativas en once países.
Además de la formación de la red, se llevó a cabo un taller para capacitadores en diagnóstico y manejo clínico del dengue en Buenos Aires, reuniendo a 130 referentes de todo el país en modalidad presencial y virtual. Este taller incluyó discusiones sobre la mortalidad causada por el dengue, su clasificación de gravedad, recomendaciones de tratamiento y la revisión de casos clínicos.
Gamaliel Gutiérrez, oficial técnico del Programa regional de arbovirosis de OPS, proporcionó un análisis sobre las causas de muerte en las Américas debido a estas enfermedades.
Además, como parte de esta iniciativa, una comitiva de OPS y del Ministerio de Salud de la Nación visitará hospitales y centros de salud en Salta, Misiones y Chaco, tres de las provincias más afectadas por el dengue, con el fin de supervisar la implementación de las estrategias propuestas.
Otra de las acciones de la cartera de Salud es el reciente encuentro de trabajo que tuvo el ministro con las autoridades del Hospital Garrahan. La reunión, centrada en fortalecer la salud pública pediátrica del país, concluyó con un compromiso mutuo de apoyo y colaboración.
Oscar Imventarza, presidente del Consejo de Administración del hospital, afirmó que el programa Garrahan Federal extenderá su apoyo a centros de salud con pediatría en todo el país.
El Hospital Garrahan, durante el año 2023, demostró su capacidad y compromiso con la salud infantil a través de sus impresionantes cifras: más de 668 mil consultas, más de 10 mil cirugías y 118 trasplantes realizados. Este nivel de actividad resalta la importancia de mantener una red de atención pediátrica de alta complejidad bien coordinada y eficiente en todo el territorio nacional.
El programa Garrahan Federal, con su adhesión en nueve provincias, ilustra el esfuerzo colaborativo necesario para garantizar que la distancia o la ubicación geográfica no limiten el acceso a servicios de salud de calidad para los niños y niñas de Argentina.
Situación que alarma
En detalle, la temporada actual registra 79 decesos por dengue, 69 de los cuales sucedieron en el año 2024, distribuidos en varias provincias: Buenos Aires (17), Misiones (14), Chaco (13), Corrientes (8), Córdoba (7), Formosa (5), Santa Fe (5), Santiago del Estero (2), Ciudad Autónoma de Buenos Aires (4), Tucumán (1), San Luis (1), Salta (1) y Entre Ríos (1). La letalidad registrada hasta el momento, que refiere al número de muertes en relación con el total de casos notificados, es de 0.07%.
Respecto a la evolución temporal, se ha observado una continuación de casos a lo largo de toda la temporada 2023/2024, incluyendo los meses de invierno, y un aumento progresivo desde principios de octubre -semana 40 de 2023-, indicando un comienzo más temprano de la temporada estacional en comparación con años anteriores en todo el país, explicaron desde el Ministerio de Salud.
En términos comparativos, entre la semana 1 y la semana 10 de 2024, se reportaron 102.898 casos de dengue, lo que constituye el 86% de los 120.007 casos confirmados en la temporada 2023/2024 hasta la fecha. En contraste, en el mismo lapso de tiempo durante 2023, se contabilizaron 8.343 casos, lo que evidencia un crecimiento de más de 11 veces en el número de casos este año.
“La situación actual de la epidemia de dengue en la Argentina es muy preocupante por el número de casos y de muertes y la posible saturación del sistema de salud. Están aumentando las consultas”, dijo a Infobae en una nota reciente la doctora Susana Lloveras, ex presidenta de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero y jefa de la sección Zoopatología Médica del Hospital de Infecciosas Francisco Javier Muñiz de la ciudad de Buenos Aires.
Aníbal Carbajo, biólogo y especialista en ecología y manejo de mosquitos del Conicet y del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), explicó en dicho artículo a Infobae que múltiples factores han contribuido a la epidemia de dengue en Argentina.
Destacó que en el Cono Sur se observaron brotes tempranos de la enfermedad y señaló que, en el Noreste argentino, el virus había mantenido su actividad incluso durante el invierno anterior. Además, subrayó la relevancia del 2023 como el año más caluroso registrado, lo que favorece la rápida multiplicación y transmisión del virus.
Con respecto a las muertes, Teresa Varela, directora de vigilancia epidemiológica y control de brotes del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, había aclarado: “Hubo más muertes esta temporada en el país porque también se produjeron más casos. No todas las personas con signos de alarma de dengue son identificadas a tiempo por el equipo de salud para su seguimiento estricto o internación, y no todas las personas consultan a tiempo”.
El impacto de la lluvia en la propagación del dengue
Respecto a las condiciones climáticas, el martes 19 de marzo, un intenso temporal avanzó hacia el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), afectando tanto a la zona interior de Buenos Aires como a la Capital Federal.
La tarde de ese día se caracterizó por la presencia de granizo y rachas de viento que alcanzaron velocidades superiores a los 100 kilómetros por hora. Las fuertes lluvias siguieron presentes durante el miércoles. Además, la semana del 14 de marzo, la región junto con Santa Fe, Entre Ríos, Salta, Jujuy, Tucumán, Catamarca, Córdoba y Santiago del Estero, estuvieron bajo una alerta amarilla debido a tormentas.
Por eso la preocupación no solo se limita a los estragos materiales causados por el clima adverso, sino que se intensifica por el incremento de casos de dengue que, tal como indica la OMS, está asociado a las temporadas lluviosas.
“El mosquito Aedes aegypti deposita sus huevos en aguas limpias. A diferencia de la malaria, el paludismo, transmitido por mosquitos que se reproducen en aguas estancadas, Aedes aegypti deposita sus huevos en aguas limpias. El agua de lluvia es considerada agua limpia. Al depositar sus huevos donde se acumula agua limpia, estos quedan en la interfaz entre el agua y el aire. Los huevitos depositados, bajo condiciones adecuadas de humedad y temperatura, maduran a formas adultas”, sostuvo en una nota reciente con Infobae Elena Obieta, la infectóloga jefa del servicio de enfermedades transmisibles y emergentes de la Municipalidad de San Isidro y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI)
“La característica de Aedes aegypti es que pica a las personas para alimentar a sus huevos; puede transmitir el virus del dengue a sus huevos a través de la transmisión transovárica. Así, esos huevos que luego evolucionan a larvas y formas adultas serán mosquitos capaces de transmitir la infección al picar. Además, las lluvias aumentan la cantidad de mosquitos, ya que proporcionan receptáculos para el agua limpia donde pueden depositar sus huevos, como portamacetas, tapitas de gaseosa, neumáticos, canaletas, huecos de árboles, entre otros”, sumó la experta.
Obieta indicó que más allá de estar actualmente en una situación de brote durante todo el año, “es crucial pensar en erradicar los posibles criaderos de mosquitos. Estrategias como esterilizar a los mosquitos machos impiden que las hembras depositen huevos viables. Aunque la fumigación elimina alrededor del 70% de las formas adultas, una mosquita adulta eliminada ya ha podido depositar hasta 300 huevos, los cuales, al eclosionar y convertirse en adultos, perpetúan el ciclo de transmisión del dengue”.
Hugo Pizzi, infectólogo y epidemiólogo, magister en Salud Pública y profesor de la Universidad Nacional de Córdoba, sostenía a Infobae: “La temperatura y la humedad son partes fundamentales de la ecuación que permite que exista el ciclo biológico. La lluvia no solo trae humedad, sino también, por ejemplo, crecimiento de pasto y de yuyos, que es de lo que se alimenta el mosquito macho. El macho se alimenta de jugos vegetales. La temperatura y la humedad hacen que la reproducción se agilice, sea más rápida y lógicamente que la hembra ponga más huevos y pique más para tener proteínas para poner los huevos y así sucesivamente”.
Y remarcaba: “Aparte de la gran cantidad de mosquitos Aedes aegypti, también está la circulación de los serotipos del dengue. Están circulando con mucha rapidez el uno y el dos, y también se detectó poco, pero se detectó, el tres. ¿Qué quiere decir esto? Que coincide todo como para que el resultado final sea la gran cantidad de pacientes que tenemos. No olvidar que todavía el pico de la curva epidemiológica no ha llegado y según las predicciones que tenemos, abril va a ser un mes complicado”.
Cómo distinguir al mosquito del dengue
El Aedes aegypti, un mosquito que rara vez supera el centímetro de diámetro, se distingue por su coloración oscuro, entre negro y marrón, y las llamativas rayas blancas que decoran tanto su cuerpo como sus patas. Su ciclo de vida oscila entre los 25 y 30 días, y un distintivo clave para su identificación son las manchas blancas presentes en su dorso y extremidades.
“La señal distintiva de este mosquito, vector del dengue, son sus patas de color negro adornadas con rayas blancas”, indicó a Infobae Gabriel Battistella, subsecretario de Atención Primaria de Salud de la Ciudad de Buenos Aires. Sus momentos preferidos para alimentarse de sangre suelen ser en las primeras horas de la mañana y al final de la tarde.
Para la reproducción, la hembra requiere de agua estancada y una superficie lisa donde depositar sus huevos. Según explicó el funcionario, es común encontrar huevos y larvas en recipientes como floreros, macetas, neumáticos viejos y platillos de macetas, habitualmente ubicados en áreas sombreadas.
Síntomas del dengue
En su página web, Mundo Sano, una fundación cuya misión es transformar la vida de las personas afectadas por enfermedades desatendidas, enumeró que “la fiebre es el síntoma más común del dengue”, y agregó que puede ir acompañado de cualquiera de los siguientes:
- Molestias y dolores en los ojos (generalmente detrás), musculares, en las articulaciones o en los huesos
- Náuseas y vómitos
- Sarpullido
“Los síntomas suelen comenzar de cuatro a diez días después de la picadura de un mosquito infectado”, añadieron desde Mayo Clinic, y precisaron que “la mayoría de las personas se recupera en el lapso aproximado de una semana con abundante hidratación y descanso”.
Fuente Infobae