«Pensábamos que las invasiones de otros países, los brutales combates en las calles y las amenazas atómicas fueran oscuros recuerdos de un pasado lejano. Pero el viento gélido de la guerra, que sólo trae muerte, destrucción y odio, se ha abatido con prepotencia sobre la vida de muchos», declaró, citado por la agencia de noticias AFP.
Francisco denunció además «las seducciones de la autocracia» y «los nuevos imperialismos», que traen el riesgo de «Guerra Fría ampliada que puede sofocar la vida de pueblos y generaciones enteros».
Frente al conflicto en Ucrania, que llevó a más de 4,1 millones de personas, cerca del 10% de la población ucraniana, a huir del país, el Papa pidió «respuestas amplias y compartidas».
«No pueden cargar con todo el problema sólo algunos países, mientras otros permanecen indiferentes», manifestó ante el presidente maltés George Vella y el cuerpo diplomático.
Además de la referencia a Ucrania, se trató de una crítica a la política migratoria de Malta, acusada a menudo de cerrar sus puertos a las ONGs que socorren migrantes que tratan de alcanzar Europa en una peligrosa travesía por el Mediterráneo.
Franciscó arribó hoy a Malta en una visita que había sido originalmente pensada para mayo de 2020 pero fue reprogramada por la pandemia de coronavirus.
Más tarde se trasladará en catamarán a Gozo (norte), una de las tres islas habitadas de Malta, donde presidirá una oración en el santuario nacional de Ta’Pinu.
El pontífice realizará mañana una misa con la presencia esperada de 10.000 personas en Floriana, cerca de la capital La Valeta, tras una visita a la Gruta de San Pablo, donde se cree que se refugió el apóstol.
También el domingo visitará a migrantes radicados en el laboratorio de paz de Hal Far, un centro migratorio fundado por un fraile franciscano en 1971 en honor de Juan XXIII.
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