El Papa, que no optó por conversar porque leer discursos «es aburrido», destacó que “todos los hombres tienen derecho a recibir el Evangelio y los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie”, de acuerdo a Vatican News.
“Ni la Iglesia ni el mundo necesitan una teología de escritorio, sino una reflexión capaz de acompañar los procesos culturales y sociales, especialmente las transiciones difíciles, haciéndose cargo también de los conflictos”, subrayó Francisco y pidió a los formadores cuidarse «de una teología que se agota en la disputa académica o que mira a la humanidad desde un castillo de vidrio”.
El papa Francisco, que en la jornada volvió a movilizarse en una silla de ruedas debido a los problemas en su rodilla, debió suspender viajes apostólicos precisamente por su condición de salud. En cambio, ha concentrado en el Vaticano sus actividades con fuertes definiciones políticas.
Días atrás se difundió una entrevista con los medios jesuitas en la que centró sus comentarios en la guerra en Ucrania, alertando que se trata de un conflicto que pudo ser «provocado o no impedido».
«Pero el peligro es que solo vemos eso, que es monstruoso, sin ver todo el drama que se juega detrás de esta guerra, que puede haber sido, de alguna manera, provocada o no impedida», matizó Francisco antes de condenar la industria de armamento. «Noten el interés en el testeo y venta de armas. Es muy triste, pero al final es lo que está en juego», subrayó.
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