El Papa relevó a Gerhard Müller de un importante «ministerio» y lo reemplazó con un jesuita español

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Un jesuita español, el arzobispo Luis Francisco Ladaria Ferrer, será el nuevo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), uno de los «ministerios» más importantes del Vaticano. Lo anunció este sábado el Vaticano, que en un comunicado también confirmó que el Papa no le renovó el mandato al cardenal alemán, Gerhard Müller, tal como había trascendido el viernes por la noche.

«El Santo Padre agradeció al eminentísimo señor cardenal Gerhard Ludwig Müller en la conclusión de su mandato quinquenal como prefecto de la CDF y como Presidente de la Pontificia Comisión «Ecclesia Dei», de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional, y llamó a sucederle en los mismos cargos a su excelencia monseñor Luis Francisco Ladaria Ferrer, S.I., arzobispo titular de Tibica, hasta ahora Secretario de la CDF», indicó un comunicado del Vaticano difundido hoy al mediodía local.

Del ala más conservadora de la Iglesia y en las antípodas de Francisco a nivel de pastoral y doctrina, Müller había sido designado al frente de la CDF por Benedicto XVI, papa emérito, el 2 de julio de 2012, hace cinco años.

Aunque el Vaticano pensaba comunicar la noticia del relevo el lunes, fue el propio Müller que ayer, ni bien salió de la audiencia con el Papa – que le comunicó que no le renovaría el mandato-, quien enseguida le dio la clamorosa noticia a diversos medios y amigos. Según pudo confirmar LA NACION, durante la audiencia el Papa le ofreció a Müller, de 69 años, otro puesto en el Vaticano, algo que el cardenal rechazó.

En una movida que sorprendió a todos, Francisco nombró en su reemplazo al arzobispo Ladaria Ferrer, de 73 años, que fue el segundo de Muller en la CDF. También de línea conservadora, a diferencia de Muller, Ladaria, un jesuita, es considerado totalmente leal al Papa y conoce bien la CDF.

Según destacaron vaticanistas italianos, es la primera vez en tiempos modernos que un Pontífice no le renueva el mandato al titular de la CDF, dicterio clave del Vaticano. Si ahora ocurrió es justamente porque Müller siempre le remó visiblemente en contra a Francisco.

«La no renovación del mandato de un prefecto del ex Santo Oficio, congregación que en un tiempo llamada ‘La Suprema’ no tiene precedentes recientes. Pero también es verdad que no tiene precedentes el modo con el que el prefecto saliente interpretó su rol. De su predecesor, el estadounidense William Joseph Levada, casi no se recuerdan entrevistas durante su mandato, que duró siete años concluyó por límites de edad», escribió el vaticanista de La Stampa, Andrea Tornielli.

Especialmente durante los dos sínodos de obispos que hubo en el Vaticano sobre los desafíos de la familia, en 2014 y 2015, en diversas entrevistas Müller no ocultó su temor a que se formalizara una ruptura de la doctrina sobre la indisolubilidad del matrimonio. Müller fue uno de los firmatarios de una famosa carta que 13 cardenales le escribieron al Papa antes del comienzo del segundo sínodo, criticando los procedimientos de dicha reunión y acusando al Pontífice de manipulación, algo sin precedente.

Al igual que el ala más conservadora de la Iglesia, Müller jamás digirió el capítulo octavo de la exhortación apostólica Amores Laetitia, sobre el amor en la familia, que le abrió las puertas a los sacramentos a los divorciados vueltos a casar.

Justamente por esta virtual oposición «en casa», varios cardenales le venían aconsejando al Papa que removiera a Müller, a quien mantenía estoicamente en su crucial puesto por una cuestión de respeto a Benedicto XVI. Pero todo tiene un límite. Y llegada ahora la fatídica fecha del 2 de julio, que marca los cinco años de mandato -el período normal para un cargo en el Vaticano-, como muchos esperaban, Francisco finalmente decidió liberarse de una figura que silenciosamente minaba su autoridad y su magisterio.

Docente de Teología dogmática en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Gregoriana y vice-rector de la universidad, Ladaria Ferrer fue también secretario general de la Comisión Teológica Internacional. El 2 de agosto de 2016 fue nombrado presidente de la Comisión de estudio sobre el diaconado de las mujeres.

Nacido en Manacor, Mallorca, el 19 de abril de 1944, estudió en la Universidad de Madrid, donde se graduó con una licenciatura en Derecho en 1966. Entró en la Compañía de Jesús en octubre de ese mismo año. Asistió a la Universidad Pontificia de Comillas, Madrid y a la Escuela de Sankt Georgen de Filosofía y Teología en Francfort del Meno, Alemania. Fue ordenado sacerdote en 1973.

Su designación al frente de la CDF en reemplazo al cardenal Müller -que evidentemente no se esperaba ser removido-, volvió a sacudir a los palacios del Vaticano, también golpeados por la abrupta salida, el jueves último, del cardenal australiano George Pell, ex ‘zar’ de las finanzas, que deberá viajar a su país para enfrentar a la justicia, que lo acusa de pedofilia.

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