El escenario político cambió. Lo saben. Durante dos años ese sector del peronismo que responde a la mayoría de los gobernadores justicialistas alcanzó la etiqueta de «dialoguista» por su vínculo con el Gobierno, diferenciándose de la confrontación permanente propuesta por el kirchnerismo.
Hoy ese PJ, representado por el interbloque Argentina Federal en la Cámara de Diputados -junto al massismo- y por el bloque Justicialista en el Senado, tiene un poder de fuego tal en el Congreso -cuando los acompañan los K- que puede aprobar una ley y obligar al presidente Mauricio Macri a pagar el costo político de vetarla. Como probablemente ocurra con tarifas.
«No nos estamos dando cuenta de lo que está pasando en Diputados con el peronismo, lo que se está armando ahí», vaticinaba un mes atrás un experimentado operador de Cambiemos.
Primero se plantaron con el tema tarifas y van por la aprobación de un proyecto propio para ponerle freno al aumento de las facturas dispuesto por el Gobierno. Por otro lado, el jefe de esa fuerza en el Senado, Miguel Angel Pichetto, ya anticipó a Clarín que el proyecto de reforma laboral, aunque se presente dividido, «no va a pasar por el Senado».
Se estima que el peronismo sólo aprobará la creación de la Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías de Salud para enfermedades de alto costo pero no el blanqueo, porque en su artículo 37 propone una nueva fórmula para el cálculo de las indemnizaciones por despido sin causa, sin el aguinaldo ni premios o bonificaciones. Por eso no va a pasar.
«La semana que viene vamos a darle una lección al Gobierno con el tema tarifas pero también vamos a acompañar el proyecto de mercado de capitales, porque somos racionales«, afirmó un legislador del espacio. Una señal hacia la Casa Rosada pero sobre todo hacia afuera. «Estamos rompiendo la lógica de la grieta, que hasta ahora había sido funcional al Gobierno y por eso la promovía, por eso nos ataca, al igual que el kirchnerismo», añade un operador del PJ no K.
Graciela Camaño, Daniel Arroyo y Diego Bossio, socios en el nuevo armado peronista en Diputados. Foto Diego Díaz
Desde esa nueva situación de poder, existe una coordinación total entre Diputados y el Senado. Pablo Kosiner y Diego Bossio de un lado, y Pichetto del otro. En los primeros tiempos el protagonismo fue sólo de Pichetto, pero después el rionegrino se sinceró ante sus colegas en Diputados: «Hagan algo, pero que sea racional, sino se me van los legisladores con Cristina». Así arrancó todo.
Mas aún. Muy a pesar del Gobierno que lo criticó duramente por la movida en contra del aumento de tarifas, el peronismo dialoguista, no kirchnerista, ortodoxo o como quiera ser denominado, trabaja en un proyecto propio: limitar el endeudamiento y atarlo a las exportaciones y al PBI.
Así como para las provincias los servicios de la deuda anuales no pueden superar el 15% de los recursos corrientes netos de las trasferencias a los municipios, la idea del peronismo es aplicarle la misma lógica a la Nación para emitir deuda. ¿Se convertirá en otro veto presidencial?
El telón de fondo es que el Peronismo está construyendo una alternativa de poder desde el Congreso. «El planteo es, o construimos un PJ que sea una opción de poder o construimos un partido de oposición como lo blanqueó Unidad Ciudadana», resume un legislador.
Por ahora los legisladores están un paso adelante de los gobernadores, que tienen sus responsabilidades y a veces están limitados por la Nación, pero igualmente apoyan la movida parlamentaria. «Vayan manejando la cosa, no nos maten en lo provincial con algunos números y no dejen de discutir los temas», acordaron los mandatarios con diputados y senadores. En esa línea están Sergio Uñac (San Juan), Roxana Bertone (Tierra del Fuego), Juan Manuel Urtubey (Salta), Juan Manzur y Sergio Casas (La Rioja).
Los que van a otro ritmo son Gustavo Bordet (Entre Ríos), por problemas económicos; Hugo Passalacqua (Misiones) que si bien no es peronista, tiene un esquema de independencia; y Juan Schiaretti (Córdoba) porque está convencido que el Congreso no debe legislar sobre tarifas, que es responsabilidad de Macri y que el PJ no se tiene que hacer cargo de los desaguisados del Gobierno. En tanto Lucía Corpacci (Catamarca), Alberto Rodríguez Saá (San Luis) y Mariano Arcioni (Chubut), están en otra órbita.
«Los gobernadores tienen sus responsabilidades y tienen que mantener un vínculo institucional y económico con la Nación. Los intendentes están atados a María Eugenia Vidal. Por eso la renovación del Peronismo se hará desde el espacio legislativo«, dispara un diputado.
En principio esa construcción del peronismo como alternativa tiene por ahora sólo un candidato presidencial: Urtubey, el único del espacio que blanqueó hace mucho tiempo su ambición presidencial y además no puede renovar su mandato en Salta.
Pablo Kosiner, Jefe del interbloque Argentina Federal.
A los efectos de oficializar el funcionamiento parlamentario que el peronismo no kirchnerista consensuó en las reuniones en Gualeguaychú y en Córdoba, en las próximas semanas Argentina Federal y el Frente Renovador de Sergio Massa van a presentar una agenda legislativa común.
Además, la próxima semana -10 y 11- en Mendoza se realizará un nuevo encuentro y después la idea sería hacerlo en el municipio bonaerense de Tigre y, de esa manera, dejar en claro que Massa está adentro del armado.
Fuente: Clarín