El peronismo nacional se prepara para una renovación lenta y tumultuosa

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En el peronismo aún se percibe un aire espeso y un clima tenso. Los magros resultados de la última elección marcaron el final del letargo que vivió el PJ nacionaldurante los primeros años del gobierno de Mauricio Macri.

El espacio político debe renovarse, piensan en los extensos laberintos donde conviven gobernadores, legisladores e intendentes. Es el momento. Ya no hay tiempo para posponer un debate que se atrasó dos años. Como en todo proceso, habrá algunos dirigentes que lideren y otros que acompañen. Pero los resultados electorales golpearon con fuerza a los nombres propios que aspiraban a conducir el nuevo tiempo y el liderazgo verá la luz luego de un largo debate.

Los gobernadores, principales operadores de la renovación, prometen que la discusión será plural y extensa. Al mismo tiempo, advierten que será lenta y tumultuosa. El debate interno tiene dos objetivos claros a mediano plazo: reconstruir la fuerza frente a la caída definitiva del liderazgo de Cristina Kirchner y generar una dupla que pueda representar al histórico partido en las elecciones presidenciales del 2019.

En una entrevista con Infobae, el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, dejó en claro que en esta nueva etapa «el peronismo tiene que ser autorreferencial» y no puede «estar atento a lo que haga o deje de hacer Cristina». El mandatario salteño es uno de los promotores de la restructuración del peronismo no kirchnerista, pero la derrota de su frente electoral en Salta, le puso un freno a sus ambiciones de liderar el nuevo proceso.

Sabe, como la mayoría de los gobernadores y candidatos que perdieron en los últimos comicios, que todos estarán en igualdad de condiciones cuando se tenga que discutir el futuro.

«Más allá de la derrota que algunos sufrieron en sus territorios, los gobernadores que están convencidos de impulsar la renovación, no quieren dar un paso atrás. No quieren volver con Cristina», aseguró uno de los dirigentes que trabaja incansablemente para estructurar un armado moderno y dialoguista, sin la presencia de la ex jefa de Estado. La derrota condicionó el accionar de los mandatarios en la discusión, pero no cambió sus ideas. La mayoría coincide en que Cristina Kirchner es parte de un pasado que hay que superar y que no puede ser una opción viable para liderar una fórmula presidencial peronista en dos años.

En el seno del PJ federal están seguros de que la estrategia electoral del gobierno nacional los dejó expuestos. El oficialismo nacionalizó la elección de la provincia de Buenos Aires y logró instalar la polarización. Un diputado peronista lo definió en pocas palabras: «Le hicieron creer a la sociedad que tenía que definir entre la continuidad de (Mauricio) Macri y la vuelta de Cristina Kirchner». De esa grieta nacional, solo lograron salvarse algunos gobernadores, quienes cosecharon un triunfo en su territorio y quedaron mejor parados para protagonizar el debate en los próximos meses.

Sergio Uñac (San Juan) y Juan Manzur (Tucumán) son los mandatarios que en pie luego de la arrasadora «ola amarilla». Ambos ganaron en sus provincias y lo hicieron saber con un gesto concreto. Se juntaron tres días después de los comicios y lo plasmaron en una foto. Fue la imagen de los gobernadores peronistas ganadores. Marcaron la diferencia, mientras que los mandatarios perdedores intentaban asimilar el doloroso golpe de la derrota.

Entre ambos, Uñac es el que ostenta un perfil más renovador. Con 47 años, es uno de los gobernadores más jóvenes y con futuro. Lejos de su antecesor, José Luis Gioja, con el que mantiene una relación tensa, el sanjuanino tiene un buen vínculo con la Casa Rosada y apuesta a la modernización del partido. Pero el propio Uñac le puso un límite a su posición en el nuevo armado peronista. En la reunión que mantuvo con sus pares, el último jueves, en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), afirmó que su rol será acompañar el proceso de renovación. No se imagina liderandolo. Cree que aún no tiene la suficiente experiencia para hacerlo.

¿Cómo recuperarse después de la derrota? ¿Cómo iniciar un nuevo proceso de construcción política? «Tenemos territorios perdidos, los liderazgos golpeados y el programa político poco consensuado. Es el momento de unir fuerzas y trabajar con un objetivo claro», analizó uno de los legisladores que más trabaja en la unificación del peronismo no kirchnerista. Lo que falta ahora es discutir, aunar ideas, trazar lineamientos claros sobre la nueva impronta del espacio y mostrar capacidad para darle volumen a las ideas principales del proyecto.

La lentitud con la que se realizará el proceso se debe específicamente a los resultados nacionales en los últimos comicios. Los gobernadores están concentrados en cerrar el conflicto por el Fondo del Conurbano, tratar el esquema de coparticipación y discutir el Presupuesto 2018. En esta etapa del año, lo importante es definir los ingresos que tendrán las provincias en los meses venideros. Con esa idea en la cabeza, los mandatarios tienen decidido postergar el debate interno y abocarse exclusivamente a conseguir mayor cantidad de dinero y obras para los territorios que gobiernan.

Poco a poco las fichas se irán ordenando sobre el nuevo tablero del PJ. Así lo creen los dirigentes más importantes del peronismo no kirchnerista. Ninguno puede imponer su liderazgo por sobre el resto. Ni Florencio Randazzo, ni Sergio Massa, ni los gobernadores con intenciones de liderar el peronismo. Todos están en igualdad de condiciones. Así lo sentenció el contundente triunfo de Cambiemos a nivel nacional.

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