El precio de la carne al público registró una baja de 3% a nivel minorista entre julio y octubre último, periodo durante el cual estuvo vigente la restricción sobre las exportaciones de productos bovinos, según según un informe elaborado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
De esta manera, la medida logró el objetivo de interrumpir el incremento constante en los precios que se verificó desde julio de 2020 en adelante.
En base a los números relevados por el CEPA, entre julio del año pasado y junio de 2020, la suba promedio fue de 75% en el precio de la carne.
«El Gobierno nacional tomó una serie de medidas para poner un freno a las subas generalizadas en la cadena de valor. El efecto de dichas políticas se vio de manera inmediata: no solo se cortó la dinámica alcista de un mes para otro, sino que los precios retrocedieron acumulando una caída del 3% en los últimos cuatro meses», sostuvo la entidad que conduce el economista Hernán Letcher.
A mediados de mayo pasado, las autoridades decidieron cerrar de manera amplia por espacio de un mes las exportaciones de carne vacuna ante la escalada de los precios internos y por irregularidades detectadas en operaciones de exportación.
Al vencer ese plazo, los ministerios de Desarrollo Productivo y de Agricultura, Ganadería y Pesca diseñaron un nuevo esquema que liberó parcialmente las exportaciones a un volumen equivalente al 50% de los que se enviaba al exterior un año atrás.
Las limitaciones no comprendieron las cuotas de exportación Hilton a Europa, así como tampoco la carne kosher.
En diálogo con Télam, Letcher, dijo que «la baja en los precios coincide plenamente» con la puesta en marcha de las limitaciones a las exportaciones de carne vacuna.
«Desde ese momento hubo cuatro meses consecutivos donde el precio se retrajo. La medida fue efectiva y permitió limitar el alza de precios que hasta ese momento había tenido un desempaño extremadamente significativo», explicó el economista.
En este sentido, remarcó que «en términos interanuales hoy el incremento supera el 70% y todo eso lo explica la etapa previa a la medida, porque desde ese momento en adelante no hubo más aumentos».
Así, octubre que cerró con una baja promedio en los precios del 0,4%, se sumó a los descensos de julio del 1%, agosto del 1,4% y a septiembre que no tuvo variaciones, mientras que los meses previos, como mayo y junio presentaron incrementos del 5,9% y 7,5% respectivamente.
Por su parte, el economista jefe de la Fundación Agropecuaria por el Desarrollo de Argentina (FADA), David Miazzo, indicó que «desde el punto de vista del Gobierno se logró el objetivo de corto plazo que era contener el precio de la carne, cuestión que respondió a la lógica, ya que con las restricciones, se aumentó la oferta en el mercado local».
Miazzo pronosticó que «ahora vamos a empezar a ver los efectos de mediano plazo, que es que el precio de la carne va a volver a subir».
Entre las razones que esgrimió Miazzo, puso especial énfasis en que los precios volverán a recuperar una tendencia al alza ya que «estamos en un contexto inflacionario muy importante, donde todos los precios de la economía suben y, probablemente, la carne suba con más fuerza, producto de la baja de la producción».
Respecto a esto último, Letcher advirtió que en la primera semana de noviembre se registró un «salto de precios» en la hacienda y en el valor de la media res adquirida por las carnicerías.
Según el informe de CEPA, se observó un incremento en el precio del novillito (300/390kg) del 5,5% en hacienda y del 7,4% en la media res.
Ante este cuadro de situación, Letcher dijo que habría que «seguir de cerca la flexibilización en la exportación de vaca de conserva con controles que permitan evitar que se incluyan cortes de animales que no se correspondan con vaca vieja, así como la posibilidad de la recreación del mecanismo de rulo cárnico».