La fiscalía británica acusó el miércoles a dos hombres rusos por el envenenamiento del exespía Sergei Skripal y de su hija Yulia con una sustancia neurotóxica en marzo pasado en la ciudad inglesa de Salisbury.
Alexander Petrov y Ruslan Boshirov fueron acusados en ausencia de conspiración para cometer asesinato, intento de asesinato y por el uso del agente nervioso Novichok, señaló la fiscalía.
Tanto el exespía como su hija estuvieron hospitalizados varias semanas tras ser envenenados con el Novichok, de fabricación rusa, lo que llevó al Gobierno británico a culpar al Kremlin del ataque y desató una de las mayores crisis diplomáticas entre Rusia y Occidente.
Gran Bretaña no solicitó a Moscú que entregue a los dos sospechosos porque la ley rusa impide la extradición de sus propios ciudadanos, apuntó la fiscal Sue Hemming, pero emitió una orden europea de detención.
Los dos hombres, ambos de unos 40 años, volaron de Moscú a Londres con pasaportes rusos dos días antes del ataque a los Skripal el pasado 4 de marzo. Según el jefe de la policía antiterrorista, Neil Basu, se cree que sus nombres podrían ser falsos.
El ataque a los Skripal
Skripal, de 66 años es un excoronel de los servicios secretos militares rusos que vendió secretos a los británicos. En 2010, tras ser condenado por traición y pasar tiempo en la cárcel, entró en un canje de espías que le llevó a instalarse en Inglaterra, en Salisbury, la ciudad donde fue atacado.
Según la investigación, el agente nervioso tenía forma líquida y fue colocado en la manija de la puerta de la casa de Skripal. El exespía ruso y su hija fueron encontrados inconscientes y al borde de la muerte en un banco de la ciudad el pasado 4 de marzo. Tras pasar varias semanas internados, fueron dados de alta. Un policía que los ayudó también tuvo que ser tratado.
El hospital que los salvó explicó el tratamiento que les dispensaron. «Tratar a personas que estaban tan mal, habiendo sido envenenadas con un agente nervioso, requiere estabilizarlas, mantenerlas con vida hasta que sus cuerpos puedan producir más enzimas hasta sustituir las que resultaron envenenadas», indicaron.
Semanas después del ataque, otros dos británicos fueron envenados con Novichok e internados en Salisbury. Se trata de Charlie Rowley, de 45 años, y su compañera Dawn Sturgess, de 44. Ambos encontraron y manipularon un frasco que pensaron era una botella de perfume pero que en realidad contenía el agente neurotóxico y habría sido tirado por los espías que intentaron matar a los Skripal.
Sturgess, madre de tres niños, murió el 8 de julio. Charlie Rowley fue dado de alta el 20 de julio.