La Cámara Alta dio media sanción al dictamen elaborado por la Comisión de Salud y Deporte que establece la prohibición en todo el territorio de la nación la fabricación, importación y comercialización de insumos, instrumental, reactivos químicos, elementos, equipos, así como de dispositivos médicos y sanitarios que contengan mercurio.
La senadora Ana Corradi, una de las autoras de la iniciativa, remarcó que el objeto del proyecto es reemplazar o sustituir los elementos que contengan mercurio, como los termómetros, por otras alternativas que cuiden el ambiente y que sean sanitariamente más inocuas y económicamente sustentables teniendo en cuenta que este metal es considerado residuo peligroso por la ley 24.051.
Recientemente el Parlamento Europeo resolvió restringir la comercialización de determinados instrumentos de medición que contienen mercurio, a causa de su alta peligrosidad para la salud humana y para el medio ambiente. Esto implica el reemplazo paulatino de varios aparatos médicos, principalmente los termómetros.
En la Argentina, sólo en 2009 se importaron más de 3 millones de termómetros clínicos de mercurio. Esta cantidad de termómetros, rotos, emitirían al ambiente alrededor de 3000 kilos de mercurio, una vez rotos estos aparatos.
El mercurio es un metal blando, líquido a temperatura ambiente y más pesado que el plomo. Su toxicidad se debe a su facilidad para evaporarse en el ambiente y convertirse en metilmercurio, un poderoso neurotóxico.
“Si bien se está restringiendo su uso en todo el mundo, aún sigue presente en productos de uso domésticos, como los termómetros, que se rompen con frecuencia desparramando por el piso de los hogares su composición toxica”, destacó la legisladora.
El Ministerio de Salud junto con la Secretaria de Medio Ambiente elaborara un protocolo para la recolección, almacenamiento, traslado y disposición final de los elementos reemplazados.