La Asociación Bancaria, que lidera Sergio Palazzo, se convirtió en el primer sindicato en 2020 que saltó el tope que puso el Gobierno a las negociaciones salariales al acordar con las cámaras empresarias del sector un adelanto a cuenta de las paritarias que para las categorías superiores significará una suma fija de $10.500.
El acuerdo contempla que, con retroactividad a enero, los empleados bancarios se verán beneficiados con un aumento a cuenta de paritarias que va desde un mínimo de $3.000 hasta un máximo de $6.000, según la categoría salarial, y en febrero se le sumará un adelanto de $1.500 como mínimo y que puede llegar hasta $4.500.
El Gobierno había dispuesto para trabajadores privados y estatales un aumento de $4.000 (dividido en dos tramos: $3.000 en enero y $1.000 en febrero) a cuenta de futuras paritarias y sin respetar los escalafones.
Según afirmaron fuentes oficiales a Infobae, el secretario general de los bancarios «no se cortó solo”. Antes de firmar el acuerdo con las entidades privadas –nucleadas en ADEBA, ABA y ABE– y la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (ABAPPRA), se reunió con funcionarios del gobierno nacional para hacerles conocer el acuerdo que iba a firmar con los empresarios del sector financiero.
La negociación no fue sencilla ya que, entre otros, los bancos más pequeños, agrupados en ABE, y los extranjeros, enrolados en ABAPRA, presionaban para que el aumento fuera similar a la suma fija otorgada por el Gobierno.
“Aumentos moderados”
Los aumentos salariales preocupan al presidente Alberto Fernández. Una semana antes del acuerdo firmado por La Bancaria, el mandatario les solicitó públicamente a los gremios que no insistan en la “clausula gatillo” y pidió que sean “moderados” en sus reclamos cuando soliciten sus aumentos en paritarias.
La Bancaria parece haber tomado un atajo. Claro que los afiliados que representa trabajan en uno de los sectores más beneficiados por las distintas administraciones de los últimos tiempos.
Aunque, claro está, los bancos nacionales de menor cuantía no están de acuerdo con esa apreciación, sostienen que sus entidades estuvieron lejos de obtener abultadas ganancias y fueron los primeros en protestar por el acuerdo conseguido con el consenso mayoritario del resto.
En lo que podría considerarse como el primer acuerdo paritario del año –aunque en la práctica no lo es–, además del adelanto paritario por enero y febrero, las cámaras empresarias reconocieron la diferencia inflacionaria entre el 50% que había firmado la Asociación Bancaria y el 53,8% de inflación de 2019, por lo cual aumentarán también el 3,8% de los salarios, porcentaje que se suma a los adelantos ya mencionados. Ambas partes acordaron que las negociaciones paritarias deberán comenzar en la segunda quincena de marzo.
Los otros reclamos
El flamante acuerdo de La Bancaria se contrapone con las dificultades en la negociación salarial de los camioneros. Anteayer fracasó la tercera reunión entre el gremio y la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), que insistió en que la crisis económica de la actividad no les permite pagar un aumento del 33%, como reclama Hugo Moyano para el primer semestre del año.
“Lamentablemente, la cámara empresarial continúa dándoles la espalda a los trabajadores, no teniendo en cuenta que fueron los más perjudicados durante la nefasta gestión de Mauricio Macri y que siguen sufriendo los coletazos de tan mala administración”, expresó la Federación Nacional de Camioneros que lidera Moyano.
Tampoco avanza la discusión salarial de los trabajadores de estaciones de servicio. La Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (FECRA) anunció que no abonará la suma fija de $4.000 dispuesta por el Gobierno porque “agrava la situación del sector”.
En una carta dirigida al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, los empresarios criticaron a Carlos Acuña, secretario general del gremio y cotitular de la CGT, quien había afirmado que “no está colaborando para nada”.
“La realidad es totalmente distinta (a la que dice Acuña) y se demuestra con solo considerar que en los últimos diez años los salarios del sector se incrementaron 3.840%, la inflación fue del 1.702% y los precios promedio de los combustibles se elevaron en 1.609%”, dijeron los empresarios en el texto que le enviaron al ministro.