Una imagen similar conecta un acto de campaña del justicialismo argentino de 1983 con los simpatizantes de Jair Bolsonaro, el candidato presidencial del Partido Social Liberal de Brasil (PSL). Con 35 años de diferencia, la simbología se repite: querer demostrar que la oposición «está muerta».
Este domingo, mientras los brasileños elegían a su futuro presidente, miles de personas salieron a las calles para apoyar a sus referentes favoritos. Por un lado, aquellos que apoyaban al líder ultraderechista del PSL; y por el otro, los que reivindican la gestión del Partido de los Trabajadores (PT), con Fernando Haddad como el «ungido» por Luiz Inácio Lula da Silva.
En medio de las multitudinarias convocatorias, que se replicaron a lo ancho del país, los fervientes seguidores de Bolsonaro -quien lidera los sondeos para quedarse con el Ejecutivo- sacaron a pasear un ataúd que representaba el velatorio del PT. Con el expresidente preso por corrupción y el avance del partido derechista en Brasil, para aquellos que apoyan al candidato del PSL, «la oposición está muerta».
Simpatizantes de Jair Bolsonaro «velaron» al Partido de los Trabajadores durante las elecciones presidenciales.
Hace 35 años, el cierre de la campaña de la fórmula justicialista Ítalo Argentino Luder- Deolindo Bittel utilizó un recurso similar. Dos días antes de las elecciones presidenciales, en un acto en el Obelisco, desde el palco el dirigente sindical Herminio Iglesias protagonizó un polémico ritual.
Un grupo de personas le acercaron un cajón fúnebre y una corona con los colores y siglas del radicalismo. El entonces candidato a gobernador de la Provincia lo prendió fuego. Aunque en realidad prendió la llama de lo que sería el triunfo de Raúl Alfonsín.
Desde que comenzó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil, la jornada no registró incidentes graves, a pesar de la enorme polarización del electorado.
«No hay informaciones de conflictos entre electores de candidatos rivales. Eso es una demostración de la madurez que hemos visto en estas elecciones desde la primera vuelta», resaltó el ministro de Seguridad Pública, Raúl Jungamm.
Los seguidores del líder del Partido Social Liberal pasearon un ataúd que representaba la muerte del PT.
Antes de que cerraran las urnas, el Gobierno confirmó que dos autoridades de mesa murieron por un infarto. Y que, hasta el momento, solo detuvieron a 17 personas por delitos electorales.
La directora general del Tribunal Regional Electoral, Adriana Brandao, detalló que Juan Carlos Félix, de 50 años, murió de un ataque cardíaco en el centro de votación de la Baixada Fluminense, un barrio popular de Río de Janeiro. En la misma ciudad y por el mismo motivo murió Andreia Cristina Duarte Guveia, de 51 años.
Los arrestos se dieron en los estados de Paraná, Brasilia, Ceará, Paraíba, Pernambuco, Santa Catarina y San Pablo. Pero destacaron que fueron incidentes leves y minoritarios. Según los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) la jornada electoral se desarrolló «de forma tranquila y organizada».