Los alimentos y los medicamentos no son lo único que escasea en el país caribeño. Según informó este miércoles el diario estadounidense The Wall Street Journal, «millones de kilos de provisiones llegaron en tres docenas de Boeing 747 desde diversos países».
El contenido de esos cargamentos: billetes. 5.000 millones de billetes bolivarianos, para ser exactos, importados en el transcurso durante el segundo semestre del año pasado por el gobierno de Nicolás Maduro, con el objetivo de paliar la crisis económica que azota a Venezuela.
El medio de los Estados Unidos reveló, además, negociaciones secretas por parte del Banco Central de Venezuela para el encargo de 10.000 millones de billetes. «Un número muy superior a los 8.000 millones de billetes de la Reserva Federal de los Estados Unidos y el Banco Central Europeo», destaca The Wall Street Journal.
Expertos advirtieron sobre las consecuencias de una entrada masiva de billetes, que en el caso venezolano duplicaría la cantidad de efectivo en circulación. Una de ellas es la aceleración de la inflación –que según el FMI ya ascenderá este año a 720%–. Otra es el deterioro del valor de la moneda –que ya superó las 1.000 unidades por dólar–.
«La gente quiere efectivo porque quiere deshacerse de él tan rápido como sea posible», explicó al periódico, Steve H. Hanke de la Universidad de Johns Hopkins, experto en cuestiones monetarias.
El alto costo de las transacciones con tarjeta de crédito fomenta el pago en efectivo, por lo que se volvieron cotidianas situaciones disparatadas en las que «una cena en un buen restaurante puede costar un fajo de billetes del tamaño de un ladrillo», ejemplifica el diario estadounidense.
La impresión de billetes tercerizada tiene un costo y es alto: cientos de millones de dólares, según las fuentes consultadas por el medio.
No alcanza con disuadir al gobierno chavista de acudir a empresas privadas extranjeras, ya que la falta de papel de seguridad –un suministro sometido a la misma escasez que cualquiera de los otros suministros por los que Venezuela no está pudiendo pagar– hace imposible la emisión de divisas en los volúmenes que requiere la economía caribeña.
«Esto significa que Venezuela tiene que comprar bolívares en el exterior a cualquier precio», remarca The Wall Street Journal, que agrega sobre el país venezolano que «está gastando mucho más de lo que necesita, porque el Gobierno no ha impreso un billete más grande». Analistas coinciden, según el medio estadounidense, en que se trata de un reconocimiento implícito de hiperinflación por parte del gobierno de Maduro que sigue negando el problema.
«Los grandes billetes no causan inflación. Los grandes billetes son el resultado de la inflación», señaló el experto en monedas Owen W. Linzmayer.
El chavismo denunció en reiteradas ocasiones una supuesta «conspiración capitalista» en su contra. Nicolás Maduro concentró en sus manos el control sobre el Banco Central, mediante la modificación de una ley horas antes de la llegada de la oposición al Parlamento.
«Para frenar la impresión excesiva, tenemos que cambiar esa ley y restaurar la autonomía del Banco Central», remarcó el legislador opositor Elías Matta.
Infobae