En una extensa carta, el único acusado del cuádruple crimen reiteró que es inocente

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La carta escrita de puño y letra por Martínez en la cárcel consta de 12 páginas y da detalles de su relación con dos testigos que la acusan -Sofía y Tatiana-. Acusa al fiscal y al juez, desacredita a los testigos, pide nuevas pruebas y niega haber participado en los crímenes.

Sofía declaró ante la Justicia que Martínez era muy celoso y violento y que maltrataba a su novia, Bárbara Santos, una de las víctimas. Ante esto, el karateca aseguró: «Jamás le dije nada a Barby, jamás la insulté».

«Cuando salía, Sofía se apretaba (sic) a tres o cuatro en la misma noche, y por supuesto no la dejaba (a Bárbara) ir a bailar con ella. ¿Qué novio lo permitiría?», argumenta Martínez en el escrito.

El único detenido por el cuádruple femicidio ocurrido en La Plata reconoce que no tenía buena relación con Sofía y da cuenta de sus diferencias: «Una vez discutíamos de política y ella se enojó cuando le dije: ‘Si no tenés la capacidad mental para hablar conmigo, no lo hagas ni me grites'».

En otro tramo, se dirige a su abogado, Julio Beley, y critica al fiscal Álvaro Garganta: «No siento que estoy preso, siento que estoy secuestrado. No pongo en duda tu capacidad (por Beley), sos un excelente profesional, pero veo que el fiscal no busca la verdad, sino la comodidad».

También se muestra en desacuerdo con el juez de Garantías platense Guillermo Atencio, al que acusa de «parcialidad».

«Dicen que una segunda persona mató por mí y yo me quedé haciendo de campana; entonces, ¿por qué el juez escribe que las muertes de Micaela (Galle), Susana (de Bartole) y Marisol (Pereyra) se produjeron para que no me reconozcan? ¿Si yo supuestamente estaba afuera?», afirma en la carta.

Sobre el remisero Marcelo Tagliaferro, cuyo testimonio resultó clave para la detención de Martínez, el karateca sostiene lo siguiente: «No tiene gollete lo que dice. El tipo me vio en el diario y en todos los canales. Propongo una rueda de reconocimiento nueva, pero solo con la voz, la cara tapada y el torso descubierto».

En relación con el testimonio de Oscar Paniagua, un vecino que asegura haber visto a Martínez llegar a su casa de Melchor Romero la noche de los homicidios a la 1.40, el karateca dice que se trata de «una confusión».

«Eso pasó la noche del viernes, no la del sábado. Él (Paniagua) me vio llegar la noche del viernes y se confundió» afirma en la larga carta.

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