La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe fue entronizada en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes. La ceremonia se desarrolló durante la misa central de este lunes, oportunidad en que se celebró la fiesta patronal.
El cuadro de Nuestra Señora de Guadalupe fue traído especialmente desde México, tierra natal del sacerdote Ramiro González Reynoso, quien además presidió la misa en honor a “la virgen Lupita”.
En la ocasión, la comunidad de Lourdes celebró este acontecimiento participando de las diversas actividades previstas para honrar a la Madre de Dios.
Durante la ceremonia, el padre Ramiro dio a conocer a la comunidad la nueva oración que el Vaticano le dedicó a Nuestra Señora de Guadalupe, reina de México y emperatriz de América.
También hizo mención a que en este 12 de diciembre se cumplieron los 480 años de la primera aparición de la Virgen al indígena mexicano Juan Diego.
Asimismo dio lectura a la nueva oración que fue coreada por toda la comunidad.
“Oración a Nuestra Señora de Guadalupe»
«Virgen María de Guadalupe,
Madre del verdadero Dios por quien se vive.
En San Juan Diego, el más pequeño de tus hijos,
Tú dices hoy a los pueblos de América Latina:
‘¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?
¿No estás bajo mi sombra?
¿No estás por ventura en mi regazo?’
Por eso nosotros con profundo agradecimiento
reconocemos a través de los siglos
todas las muestras de tu amor maternal,
tu constante auxilio, compasión y defensa
de los moradores de nuestras tierras,
de los pobres y sencillos de corazón.
Con esta certeza filial,
acudimos a ti, para pedirte,
que así como ayer vuelvas a darnos a tu Divino Hijo,
porque sólo en el encuentro con Él
se renueva la existencia personal
y se abre el camino para la edificación de una
sociedad justa y fraterna.
A ti, ‘Misionera Celeste del Nuevo Mundo’,
que eres el rostro mestizo de América
y luminosamente manifiestas su identidad, unidad y originalidad,
confiamos el destino de nuestros Pueblos.
A ti, Pedagoga del Evangelio de Cristo,
Estrella de la Nueva Evangelización,
consagramos la labor misionera
del Pueblo de Dios peregrino en América Latina.
¡Oh Dulce Señora!,
¡Oh Madre Nuestra!,
¡Oh siempre Virgen María!
¡Tu presencia nos hace hermanos!
Acoge con amor esta súplica de tus hijos
y bendice esta amada tierra tuya
con los dones de la reconciliación y la paz.
Amén».