Evaluaron los beneficios de la construcción de 30 aljibes en domicilios de agricultores familiares

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El equipo Técnico de la Región Sureste de la Secretaría de Agricultura Familiar, Coordinación y Desarrollo Territorial de la Nación en articulación con el INTA, dieron un cierre a un proyecto de construcción de aljibes, en el marco de la Adaptación y Resiliencia de Agricultura Familiar de la Agricultura Familiar ante el Impacto del Cambio Climático y su Variabilidad.

Esta iniciativa consistió en la construcción de aljibes a 30 familias productores de las localidades El Cuadrado, Taco Morado y Campo Unión, en el departamento Mitre; y el Lote 24 y la Centella, en el departamento Aguirre.

Detalle

Durante la reunión se dieron a conocer los resultados de todo el trabajo realizado, donde se remarcó la se construyeron aljibes de mampostería con una capacidad de 8.000 litros, habiéndose dado inicialmente las capacitaciones para realizar la práctica en el proceso de armar la parrilla con hierros para la base y tapa, el uso de materiales para realizar las mezclas, recomendación de usar cada metro de pared un aro de hierro para brindar seguridad en la estructura,  preparación del contrapiso, hormigón armado y el levantamiento de pared.

El propósito de las capacitaciones fue reforzar el conocimiento sobre construcción que algunos integrantes de las familias beneficiadas disponían de haber realizado otros trabajos. El proyecto preveía la compra de materiales como ladrillos, cemento, arena, y piedra. Para el área de captación de 20 metros cuadrados, se contemplaron chapas, canaletas y accesorios para la recolección de agua. No incluía la mano de obra por lo que fue importante el compromiso de las familias en cumplir con la construcción respetando las medidas propuestas que permitirían cumplir con la capacidad de almacenamiento. En algunos casos las familias aumentaron la cantidad de materiales lo que permitió ampliar las dimensiones de aljibe en post de contar con un área de almacenamiento mayor.

Voces

Elina Landriel, productora beneficiada sostuvo durante el encuentro que: “Para nosotros poder contar con un aljibe es algo muy bueno, porque gracias a eso este año o sea todo este tiempo que no llovía no tuvimos ningún problema con el agua para consumo”.

En la mayoría de los casos las familias rurales se abastecen y consumen agua de pozo calzado, cuando se acaba el agua de lluvia, la cual almacenan en tachos de plástico o bidones, explicó Hernán Galván.

Para las familias habitan las típicas viviendas construidas con postes (horcones), paredes de paja y barro (chorizo), techos planos de palos y tierra, se presenta una importante dificultad para la captación de agua. Otras voces hacen referencia al hábito hecho costumbre de un modo de vida, el consumo de agua de pozo, quienes reconocen los riesgos de contraer enfermedades por la presencia de arsénico en las napas. En este sentido, las productoras Susana Sánchez y Sandra Pereyra coincidieron al expresar que  “es muy importante para mi familia el aljibe junto con las chapas ya que vamos a poder juntar agua buena”

Se complementó este proyecto con información para el tratamiento y obtener agua segura, recomendaciones sobre los tratamientos para potabilizar: se planteo tres métodos: por un lado hervir el agua por 10 minutos, también dejar reposar el agua en una botella transparente al sol por dos días, y como otra opción utilizar 3 gotas de cloro  por litro de agua. De esta manera se puede contar con agua segura para beber, para el lavado de verduras, para cocinar. Se evita la transmisión de enfermedades y se cuida la salud de todos los integrantes de la familia.

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