El Fondo Monetario Internacional tiene una visión “menos optimista” sobre las metas inflacionarias planteadas por el Gobierno y el Banco Central, ya que la experiencia indica que bajar el índice de precios lleva más tiempo de lo que estima la administración de Mauricio Macri. “Tratar de llegar a una inflación de un dígito en 4 años era muy optimista, difícil”.
En el capítulo argentino de su informe sobre economía global, el FMI calculó un 19,2% de inflación para este año, más arriba del objetivo del 15% establecido por el Gobierno, y pronosticó un 13,6% para 2019.
En el marco de la Asamblea del organismo y del Banco Mundial que se lleva a cabo aquí en Washington, Alejandro Werner, director para el Hemisferio Occidental del organismo, dijo a un grupo de corresponsales argentinos que su visión es “menos optimista” que las pautadas por las autoridades de nuestro país.
“Hemos visto que el proceso de desinflación en México, Colombia o Chile presentaron elementos inerciales importantes y en ese sentido las metas originales que había planteado el Gobierno eran ambiciosas. Lo importante es que la tendencia y la dirección se mantenga, pero claramente los procesos desinflacionarios de niveles del 40 % hasta llegar a un dígito han tomado tiempo en la región. Vemos el caso de México, que tomó 6 años, el del Colombia, que tomó más. Por eso el tratar de llegar a un dígito en 4 años era muy optimista. Es difícil”.
Consultado sobre si la dificultad para bajar la inflación era un efecto colateral del gradualismo, Werner señaló que “en países que han avanzado con consolidaciones fiscales tal vez más rápido, también hemos visto rezagos importantes. El gradualismo se presenta a la Argentina como una opción en un contexto de mercados internacionales de capital muy diferentes al que enfrentó México después de la crisis del Tequila para bajar la inflación”.
Werner dijo que, a pesar de algunos focos de confrontación como los que se han visto estos días por las tarifas, ve que las políticas de Macri tienen apoyo popular. Y que es “uno de los líderes que tiene más respaldo en la región”.
Advirtió, sin embargo, que “el gradualismo es una opción que tiene sentido en un contexto de mercados financieros conabundancia de financiamiento y obviamente también presenta sus riesgos”. Dice que “el gradualismo tiene como contraparte una cuenta corriente con un déficit más abultado, que en un escenario de riesgo en el cual el financiamiento externo se complique, va a tener que ajustarse y podría impactar en el desempeño de la economía. Pero claramente es una opción de política que otros gobiernos de la región no tuvieron porque el contexto internacional era muy diferente”.
En una conferencia de prensa sobre la región, el vicedirector Chuck Nigel dijo que la eliminación de distorsiones “está tomando más tiempo” de lo esperado por la población. “Es verdad que la opción por el gradualismo no es neutral y tiene algunos efectos secundarios, y ha creado tensiones”, dijo.
Entre los “efectos secundarios” por ese gradualismo el especialista mencionó “un crecimiento relativamente rápido de un déficit de cuenta corriente, un desafío que tiene que ser atendido”.
En otra conferencia de prensa, en esta oportunidad en el marco de la presidencia argentina del G-20, el ministro de Hacienda,Nicolás Dujovne, reconoció que las “preocupaciones sobre disputas comerciales” fueron uno de los principales temas de discusión en la segunda reunión de ministros de Finanzas y presidentes de Bancos Centrales del G-20, que se celebró en el marco de la Asamblea.
Junto al presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, Dujovne dijo que, si bien existen “algunas diferencias” en materia de comercio internacional entre algunos países miembros del G20, también se verifica un “fuerte consenso” respecto a los “beneficios” que el intercambio comercial representa para apuntalar la recuperación económica a nivel global.
El ministro recordó que el G20 es un grupo “de coordinación macroeconómica” en el que el tema del comercio forma parte de las discusiones para evaluar el riesgo de la economía global y que por eso no toman “medidas comerciales específicas”. Sin embargo, reconoció que la posibilidad que se produzca un retroceso en el libre comercio es una preocupación, así como también los “riesgos geopolíticos” y cuestiones de “política monetaria”.
Sturzenegger resaltó el crecimiento global cercano al 4% y agregó que en el tema monetario “la frase de moda es que ‘cuando brilla el sol es el momento oportuno para reparar el techo’”, y enfatizó que, a nivel global, hay que “aprovechar esta oportunidad para elaborar la normalización de la política monetaria que creemos que se avecina”.
Fuente: Clarín