En plena recepción de las ofertas por los nuevos bonos argentinos, el Gobierno se anotó un amplio triunfo en lo que respecta a la demanda por sus títulos. Según supo Infobae de fuentes allegadas a la transacción, el Gobierno recibió ofertas por USD 67.000 millones cuando solo tiene aprobado tomar USD 15.000 millones para pagar a los holdouts. O sea, la demanda fue cuatro veces y media lo que el Gobierno ofertó.
El bono que más recibió demanda fue la emisión a 10 años, tal como siempre sucede en el mercado, ya que ese plazo actúa como «benchmark» o sea «referencia» para el munod financiero. Seguramente la tasa será menor al 7,5%.
La ola de inversores que buscaron comprar los bonos marca el apetito por la deuda argentina, en su primera emisión internacional de deuda después del default. La avalancha de inversores hará que el equipo de Finanzas encabezado por Luis «Toto» Caputo pueda bajar las tasas de interés para financiarse a un costo más bajo. El martes «cortarán» las ofertas recibidas en base a la tasa que quieran pagar.
El equipo económico había marcado la cancha en lo que sería la operación financiera del año, el retorno del país al mercado de capitales internacional. Publicó el lunes por la mañana las Initial Pricing Thoughts (IPTs), como se conoce en la jerga financiera a la guía inicial de tasas, para los bonos que colocaba este lunes en los mercados globales. Para el bono a 3 años, en torno al 6,75%; para el de 5 años, alrededor de 7,50%, para el el 10 años iría a 8%; mientras que para el de 30 años estará en cerca del 8,75%. Estas tasas son estimativas y, en realidad, sólo sirven para avisarle al inversor que ese será el techo que convalidará.
Según supo Infobae, la idea del equipo económico al publicar estos IPTs era dar la señal al mercado de que las tasas serán menores al cierre del libro de ofertas que se hace al emitir un bonos. Se habla de que el país podrá bajar esas tasas «guía» entre 25 y 50 puntos básicos. Esto está en línea con lo que adelantó Infobae la semana pasada en el sentido de que el Gobierno quiere que endeudarse, en su bono testigo que es el de 10 años, a un rendimiento inferior al 8%.
Creían en el equipo económico que eso se logrará por el aluvión de ofertas que esperaban recibir durante este día. Se hablaba de que más de USD 30.000 millones (un techo de USD 40.000 millones) se volcarían a comprar la emisión por USD 15.000 millones que largó el Ejecutivo. Algo conservador dado el número que está trascendiendo, de USD 67.000 millones.
Esa sobredemanda permitiría que bajen las tasas aún más de lo buscado. Cuando hay tanta demanda, el emisor (o sea el Gobierno) puede desechar ofertas y ofecerle una tasa menor que la que publicó mediante el IPTs. Explicaron voceros del ministro de Hacienda y Finanzas que «hoy se reciben ofertas y recién mañana se definirán la tasas de corte».
Pero en el equipo económico se respira mucho alivio porque esta emisión no solo servirá para pagarles a los fondos buitre el viernes 22, sino para volver a posicionar al país como un «emisor frecuente» del mercado internacional y obtener fondeo a cada vez mejores tasas. Se cree que saldado el juicio contra los holdouts, en el mediano plazo, Argentina podría financiarse entre 5% y 7% a 10 años.