Los casos de hepatitis infantil aguda no paran de crecer en el mundo. En la Argentina, se estima que hay ocho casos de pacientes menores de edad con falla hepática grave y uno de ellos, un nene de 8 años, debió recibir de urgencia un trasplante de hígado en Rosario, Santa Fe.
En Inglaterra, un total de 64 de 92 casos con hepatitis infantil aguda mencionaron la exposición y el contacto directo con perros, lo que despertó el alerta de los investigadores que estudian la causa de los aumentos de contagios.
Según informaron desde la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA), los cuestionarios realizados por los familiares de los afectados muestran “números relativamente altos de familias propietarias de perros u otras exposiciones a perros”.
“Se está explorando la importancia de este hallazgo”, señalaron desde la UKHSA, aunque aclararon que podría tratarse de una casualidad de los más de 160 casos detectados en el mundo.
Los especialistas de la UKHSA aseguraron que “existe una asociación con el adenovirus” y que sus estudios “ahora están probando esta asociación rigurosamente”.
Los adenovirus son patógenos comunes en humanos y tienen capacidad para causar enfermedades en las vías respiratorias, los ojos, el intestino, el hígado y el tracto urinario. Son virus sin envoltura, icosaédricos y con un genoma de ADN lineal de doble cadena.
Los adenovirus humanos se clasifican en más de cien subtipos, incluidos los serotipos 1–52 y los genotipos 53–103. Los diferentes serotipos están asociados con distintas enfermedades.
La gastroenteritis por adenovirus 40/41 -caracterizada por fiebre, vómitos y diarrea- puede causar una enfermedad grave y es un motivo frecuente de hospitalización.
La infección por adenovirus F 41 no es estacional, ya que puede ocurrir en cualquier momento del año. Los más susceptibles son los niños menores de dos años.
En general, la infección de adenovirus se contrae por el contacto con secreciones de una persona infectada o con un objeto contaminado. También puede ser transmitida por el aire o el agua.
El adenovirus F 41 podría ser la causa de la hepatitis infantil aguda, pero aún no se explica completamente la gravedad del cuadro clínico. “Factores como una mayor susceptibilidad entre los niños pequeños después de un nivel más bajo de circulación de adenovirus durante la pandemia, la posible aparición de un nuevo adenovirus, así como la coinfección por SARS-CoV-2, deben investigarse más a fondo”, dijeron desde la Sociedad Argentina de Pediatría.
No obstante, aclararon que “las hipótesis relacionadas con los efectos secundarios de las vacunas contra el COVID-19 actualmente no se respaldan, ya que la gran mayoría de los niños afectados no recibió la vacuna contra el COVID-19″.
Fuente: tn