Hernán Lacunza y los legisladores del oficialismo unificaron la estrategia para defender en el Congreso el paquete económico

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(Gustavo Gavotti)

No hay plazos ni certezas. Minutos después de los anuncios de esta tarde, el ministro Hernán Lacunza y representantes de los tres partidos que conforman la coalición de gobierno en el Senado y en Diputados analizaron la estrategia de cara al proyecto de ley que Mauricio Macri enviará al Parlamento y que propone una extensión de vencimiento para los títulos de mediano y corto plazo, una de las medidas impulsadas por Hacienda por la inestabilidad político y económica de los últimos días.

«Se analizaron los pasos a seguir en el Parlamento», aseguró a este medio uno de los legisladores que participó del encuentro, tras la decisión del Presidente de renegociar la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La Casa Rosada enviará dos iniciativas al Congreso. Un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) vinculado a la extensión del vencimiento de los títulos de corto plazo para inversores institucionales, el más urgente, que en las próximas horas estará en manos de los miembros de la comisión bicameral de seguimiento de la deuda.

«Es lo más importante. Con esa herramienta de alargamiento del plazo de las letras, Macri se ahorra a diciembre más plata que los 5.400 millones de dólares que tiene que desembolsar el Fondo, y los puede usar para bajar el dólar», explicaban por la noche desde el despacho de un diputado.

Y el proyecto  de «rectificación» de la deuda de mediano y largo plazo, una señal política del Poder Ejecutivo cuya respuesta de la oposición aún está en estudio. Aún no se definió si la entrada será por Senado o por Diputados. «Se dirime en las próximas horas», subrayaron.

Al filo de la noche, sin embargo, se especulaba con que sería por la Cámara alta, en general, con mayor margen de negociación que Diputados. Se terminaría de decidir en el convite de gabinete de este jueves.

Si bien no hay plazos previstos, desde el Gobierno están convencidos de que el proyecto «le allana el camino» a la próxima gestión, con independencia del ganador de las elecciones generales.

Este jueves, las principales espadadas parlamentarias de la administración Macri buscarán empezar a conversar con la oposición.

Lacunza explicó con paciencia los detalles de las medidas, en las que algunos de los senadores y diputados presentes se mostraron desconcertados al inicio de la reunión por la poca experiencia en el rubro.

Miguel Ángel Pichetto pidió, en ese sentido, unificar el discurso frente a los medios. Fue uno de los portavoces del cónclave, en el quinto piso del Palacio Hacienda, minutos después de los anuncios que tuvieron a varios de los legisladores en la primera y segunda fila del microcine.

Veinticuatro horas atrás, el senador y candidato a vicepresidente de Macri había dinamitado los débiles puentes construidos con el Frente de Todos: «Para Cristina (Kirchner), si todo se incendia, mejor», disparó tras las versiones alrededor de la reunión entre el candidato opositor y el FMI.

Participaron del encuentro Federico Pinedo, Eduardo Amadeo, Álvaro González y Esteban Bullrich, por el PRO; Mario Negri, Ángel Rozas, Luis Naidenoff, Miguel Bazze, Facundo Suárez Lastra y Silvia Elías de Pérez, por la UCR, y Juan Manuel López, por la Coalición Cívica. Representantes de los tres partidos que conforman Juntos por el Cambio.

Lacunza les avisó a los legisladores que estaba dispuesto a ir al Congreso a dar explicaciones. Y que en estas horas trataría de abrir un nuevo canal de diálogo con los referentes económicos de la oposición, cortado en forma abrupta por las duras acusaciones cruzadas entre el oficialismo y el Frente de Todos.

El bloque del Senado había almorzado al mediodía en Olivos con Macri y el jefe de ministros, Marcos Peña. Una comida liviana en la que el Presidente les adelantó a los legisladores que por la tarde habría un anuncio del ministro, pero sin mayores precisiones.

Algunos de los jefes partidarios sí conocían con apenas algo más de profundidad las iniciativas que la Casa Rosada manejó con celosa reserva.

De hecho, hasta los asesores del Ministerio de Hacienda aún no tenían el detalle de las medidas hasta minutos antes de la presentación del funcionario, que leyó un cuidado mensaje en el microcine del quinto piso.

El Gobierno buscó con la llegada de Lacunza una oxigenación en el corto plazo después de la derrota de Macri en las PASO frente a Alberto Fernández. En sus primeros días como ministro, abrió un frágil diálogo con los referentes económicos de la oposición que se volvió a empantanar en estas últimas 48 horas. «Hay diálogo constante», refutaban esta tarde noche en Hacienda tras los anuncios.

El ex ministro bonaerense asumió en reemplazo de Nicolás Dujovne como una suerte de transición en la cúpula de Economía en medio de la campaña. Y heredó una gestión ante la que el propio funcionario mostró resiliencia, en tono jocoso, en el grupo de WhatsApp del gabinete provincial del que salió apenas se mudó al staffnacional. «Estoy nostálgico, será por qué vi el déficit y la caja de Nación, jajaja», escribió antes de despedirse de sus ex colegas.

Una hora antes de que Lacunza anunciara las nuevas medidas, Luis «Toto» Caputo, ex ministro y ex presidente del Banco Central, tomaba café relajado con un amigo en un afamado café porteño de la avenida Libertador, en la esquina de Tagle.

El lunes por la noche, en tanto, Dujovne hizo un asado de reflexión en su casa con una decena de ex colaboradores. Asó él mismo, y hubo abundante vino. El dueño de casa reconoció que recién ahora, en el llano, había empezado a dormir de noche, de corrido.

El problema ahora es de Lacunza.

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