Importante muestra de fe en la conmemoración del Domingo de Ramos

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Los bandeños ya viven la Semana Santa con mucha fe. (Foto La Banda Diario).

La comunidad católica bandeña se volcó masivamente a la conmemoración del Domingo de Ramos para empezar a vivir la Semana Santa, período que relata la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

La feligresía de la parroquia Nuestra Señora de La Salette compartió una de las ceremonias más emotivas ya que el padre José Peethuruthel reseñó en su homilía que  “Sin Cristo nosotros no somos importantes. Y que sin embargo  con Cristo nosotros somos héroes”. 

Asimismo explicó: “Existe un cuento sobre el burrito que Jesús usó el domingo de ramos para su viaje. Y dice lo siguiente: cuando el burrito iba viajando con Jesús el domingo de ramos, pensó que la recepción estaba organizada en  su  honor, que también  él era el único burrito  quien tendría que recibir el honor de esa  gente y se emocionó mucho.

Esa noche él burrito le preguntó a su madre si él podría caminar una vez más por la misma calle para recibir nuevamente el honor de la gente.  Entonces su madre le respondió; vos no eras nada antes de que Jesús viajara sobre vos. Después de 5 días el burrito vio mucha gente en la calle, era el viernes santo, y observó  que los soldados estaban llevando a Jesús para crucificarlo.  

El pobre burrito pensaba que él iba a recibir otra recepción y corrió hacia la gente olvidando la observación que le hiciera  su  madre.  Aquí él no tuvo una recepción sino que los soldados le golpearon y la gente arrojaba piedras…  aquí el burro aprendió una lección muy valiosa: que él era un pobre burrito sin importancia sin Jesús, y que Jesús es el honor.  

Hermanos estamos entrando a la semana santa; entonces tenemos que examinar de qué manera nosotros estamos llevando a Cristo en nuestra vida.  Si nosotros estamos viajando sin Cristo entonces nuestra situación también se parece a la del burrito.  Sin Cristo nosotros no somos importantes. Y que sin embargo  con Cristo nosotros somos héroes. 

Hoy celebramos el domingo de ramos, significa conmemorar  que Jesús  entra a Jerusalén como el rey de los judíos.  Él usó un asno para entrar a la ciudad, porque según la  Biblia el asno era un animal de  paz. Durante el tiempo de Jesús los romanos usaron caballos para la guerra.   Por eso el caballo era un animal de guerra y el burro  un animal de paz. Jesús viajó con un asno para resaltar  que él era un rey de la paz.

Por otro lado la gente le dio una gran bienvenida como el rey de los judíos con las canciones de hosanna y agitando las ramas de olivo. La gente estaba saludando a un rey quien nació en un pesebre sin privilegios, un rey que vino para consolar a los pobres, un rey quien perdonó nuestros pecados, un rey de amor quien murió para salvar nuestras vidas y un rey que cumplió la voluntad de su Padre.

El nació para salvar a los hombres, vivió para los hombres, trabajó para los hombres y murió para los hombres.  Ahora el quiere vivir en los corazones de todos nosotros.

Cuando reflexionamos sobre esta fiesta podemos encontrar algunas razones  por qué Jesús entró en Jerusalén como un rey.

         En 1º lugar, El sabia que su tiempo ya había llegado. El tiempo para la glorificación del Hijo de Dios.  Durante el tiempo de su misión pública El no permitió que se  proclamara que El era el Hijo de Dios, porque su tiempo no había llegado.  Pero ahora les permitió su proclamación porque su tiempo ya había llegado.

         En  2º lugar El quería anunciar que El era el Mesías: como hemos leído en el evangelio, muchas veces Jesús les dijo a los judíos que El era el Mesías. Pero ellos no lo aceptaron.  Ahora El estaba entrando en Jerusalén montando sobre un asno, anunciando que El era el Mesías.

         En 3º lugar: Jesús quería proclamar que El era el rey de ellos. Porque El también era descendiente de David y su nacimiento fue como el de un rey. Aquí se estaban cumpliendo  las palabras del profeta Zacarías: “el Mesías iba a venir a Jerusalén como un rey, en un asno.”

         En 4º lugar: Jesús quería mostrar su popularidad a los fariseos. En su entrada de Jerusalén había mucha gente que le estaba saludando como a un verdadero rey, lo que significa que tenía muchos seguidores, y que  si El podía organizarlos contra  los fariseos, entonces ellos no podrían hacer nada sobre Cristo. Pero Jesús no tenía este objetivo sino que quiso dar la paz y el amor.

         Por último Jesús quería fortalecer  a sus discípulos para que siguieran su misión después de la resurrección.

         Queridos hermanos de la misma manera vamos a saludar a Cristo hoy, con las canciones  de hosanna y agitando los ramos de olivo. Para que sea  Cristo quien quiera entrar en nuestro corazón y vivir allí, El es el rey de nuestros corazones.  Este es el mismo Cristo quien está presente entre nosotros. Por eso con los corazones llenos de alegría y con canciones, vamos a saludar a nuestro rey quien quiere vivir en todo nuestro ser”.

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