«Este gobierno no teme, muy por el contrario, se pone muy feliz cuando los ciudadanos de bien y responsables buscan comprar un arma de fuego», expresó.
El líder de la ultraderecha brasileña no es la primera vez que se refiere al tema y siempre que lo hace genera polémica.
Por ejemplo, en agosto del año pasado llamó a la ciudadanía a comprar fusiles «para no ser esclavizados», frase que levantó polvareda debido a que días después estaba programada una manifestación en distintos puntos del país para respaldar su gestión.
«Todos tienen que comprar un fusil. Un pueblo armado jamás será esclavizado. Yo sé que cuesta caro tener uno, pero hay unos idiotas que dicen ‘no, hay que comprar porotos’. El que no quiera comprarse un fusil que no lo compre, pero no le rompan las pelotas al que quiera», declaró.
Anteriormente, en febrero, aseveró que las armas «son un derecho» que la sociedad debe adquirir y que de esta manera «impide que el gobernante de turno quiera ser un dictador».
«Las armas son un derecho de ustedes. Las armas impiden que el gobernante de turno quiera ser un dictador. No le tengo miedo al pueblo armado, al contrario, me siento muy bien de estar al lado del pueblo de bien armado por nuestro Brasil», apuntó el mandatario.
Ámbito