Imágenes televisivas mostraban a decenas de bomberos trabajando dentro y fuera del edificio de ocho plantas después de la extinción del fuego, ocurrido en un barrio comercial de la segunda metrópolis del país.
Hacia la mitad del día, habían llegado unos setenta camiones de bomberos y el interior calcinado de la cuarta planta del inmueble era visible a través de las ventanas rotas.
Ese piso albergaba una clínica que ofrecía servicios médicos generales y de salud mental, indicaron medios locales.
Aún se desconoce la causa del incendio, pero la prensa japonesa informó que la policía sigue la pista de un incendio provocado.
«El departamento municipal de bomberos está investigando la causa del incendio. He recibido un informe de que la policía de Osaka está investigando el incendio como un posible incendio provocado», dijo el gobernador regional Hirofumi Yoshimura en Twitter.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, ofreció sus condolencias a las víctimas y declaró: «Debemos llegar al fondo de este horrible caso, aclarar por qué y cómo ocurrió. Y debemos tomar medidas para evitar que se repita».
Según consignaron varios medios, un hombre habría derramado un líquido inflamable en el lugar, lo que provocó la mayoría de las muertes por intoxicación de monóxido de carbono.
Una mujer que presenció el incendio dijo a la cadena NHK que había «mucho humo negro, y un olor muy fuerte también».
Otra testigo aseguró que una mujer atrapada en la cuarta planta «se inclinó [por la ventana] y gritaba cosas como ‘Ayudadme’. Parecía muy débil. A lo mejor inhaló mucho humo».
Los incendios mortales son poco habituales en Japón, un país con estrictas normativas de construcción y baja criminalidad.
Aún así, hace un año, un hombre fue acusado por el incendio intencional en 2019 a un estudio de animación de Kioto que mató a 36 personas, el crimen más mortífero del país en décadas.
En 2008, un ataque similar en un videoclub de Osaka provocó la muerte de 16 personas.
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