Japón analiza su retirada de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), molesto después de que el organismo bloqueara su propuesta para retomar la caza comercial de cetáceos, durante la reunión que se celebró en Brasil.
El viceministro de Pesca de Japón, Masaaki Taniai, dijo que lamentaba el fracaso de la propuesta y amenazó con abandonar la organización, que actualmente integran 89 países, si no se podía avanzar hacia una vuelta a la caza comercial de ballenas.
“Si no se respeta la evidencia científica y la diversidad, si se deniega completamente la caza comercial de ballenas… Japón se verá obligado a llevar a cabo una revisión fundamental de su posición como miembro de la CBI”, dijo.
Diferencias
El comisario japonés en la CBI, Joji Morishita, declinó hacer comentarios cuando fue consultado sobre si esta podría ser la última participación del país en la comisión, organización que presidió los dos últimos años, hasta el viernes.
Pero minutos después de terminar la reunión, Morishita aseguró que las diferencias con los países que se oponen a la caza de cetáceos estaban “muy claras”, y que Japón definiría ahora su “siguiente paso”.
El comisario se preguntó si, en un futuro, “una organización diferente o una combinación de diferentes organizaciones” podrían tomar esta decisión.
Las naciones que luchan contra la caza de ballenas lideradas por Australia y Estados Unidos, así como por la Unión Europea, derrotaron la propuesta de Tokio,titulada “El camino hacia adelante”, en una votación que culminó 41 a 27.
Japón había buscado el consenso, pero finalmente decidió someter a votación su propuesta “para mostrar las resonantes voces de apoyo” a un retorno a la caza sostenible de ballenas con fines de lucro.
La CBI se estableció en 1946 para conservar y gestionar la población mundial de cetáceos y ballenas. En 1986 introdujo una moratoria sobre la caza comercial de ballenas, después de que su explotación llevó a algunas especies a estar en peligro de extinción.
Pero Japón insiste en que las poblaciones de ballenas se han recuperado lo suficiente como para reanudar la caza comercial.
Vacío legal
Actualmente, Tokio respeta la moratoria, pero explota una laguna legal para matar a cientos de ballenas cada año con “fines científicos”, así como para vender la carne. Noruega e Islandia ignoran la moratoria y son partidarios clave de la apuesta de Japón por reanudar la caza comercial.
Estos Estados sostienen que el mandato de la CBI es a la vez conservar y gestionar, es decir, cazar de forma sostenible, recuperar las poblaciones de ballenas, pero que la balanza dentro de la organización se ha inclinado demasiado hacia la conservación, dejando sin voz a las naciones favorables a la caza.
El viceministro Taniai dijo que el resultado de la votación “puede ser percibido como la negación de la posibilidad de que los gobiernos con diferentes puntos de vista coexistan en el entendimiento mutuo y el respeto en la CBI”.
Llamado a Tokio
El comisionado australiano, Nick Gales, rechazó “el discurso subyacente de disfunción e intolerancia” insinuado por Japón, e instó a Tokio a permanecer en la organización “para seguir defendiendo su punto de vista y trabajar de manera constructiva con todos los miembros”.
AFP