El centro de los gaffes fue el discurso de Joe Biden, ayer en la Casa Blanca, para anunciar un la ley sobre chips y semiconductores con el que Estados Unidos espera competir con China en ese rubro.
Las imágenes del mandatario tosiendo repetidamente y luego estrechando la mano de varios legisladores se hicieron virales, un día después de recibir el alta por su infección de coronavirus.
En ese mismo acto, además, Biden pareció quedar esperando que el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, lo saludara pese a que los dos se habían dado la mano solo unos segundos antes.
La seguidilla de momentos incómodos para Joe Biden, que tiene la intención de competir por una relección en 2024, ocurrieron apenas un día después de que fuera visto con serios problemas para ponerse un saco al bajar de un helicóptero.
Sus defensores argumentan que el viento dificultó la tarea al presidente de Estados Unidos, pero sus detractores no pueden sino marcar que el político más poderoso del mundo necesito ser asistido para poder abrigarse.
La edad y salud de Joe Biden se ha vuelto un tema central en la política estadounidense en los últimos meses, pese a que el demócrata ha pasado exitosamente sus chequeos médicos.
Desde que llegó a la Casa Blanca otros sucesos como caídas mientras subía al Force One o andaba en bicicleta, o la confusión al leer citas durante un discurso, también se volvieron virales y fueron usados como argumento para poner en duda su idoneidad.
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