Juicio por la muerte de Débora Pérez Volpin: la anestesista apuntó contra el endoscopista

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En la primera audiencia del juicio por la muerte de Débora Pérez Volpin, declararon el endoscopista Diego Bialolenkier y la anestesista Nélida Inés Puente, acusados por homicidio culposo.

Durante sus tesitmonios ante el juez del Tribunal Oral Javier Anzoategui, los dos negaron cualquier responsabilidad en la muerte de la periodista, y Puente apuntó, sin acusarlo directamente, a su compañero.

La mujer aseguró que fue ella quien se dio cuenta de que «el tórax y el abdomen estaban hinchados como un tonel» y que “lo único que había entrado en la vía digestiva era endoscopio”.

A diferencia del testimonio del endoscopista, el relato de ella duró más de dos horas y media, en las que exhibió instrumentos similares a los que había utilizado en el procedimiento.

«Pensé que se trataba de una reacción alérgica», indicó, para luego agregar que, al intentar introducirle un laringoscopio para poder «ventilarla», se dio cuenta de que «la laringe estaba llena de sangre». «Evidentemente era una hemorragia digestiva», dijo Puente.

«En un momento del procedimiento la paciente se movió y se le cayó el brazo hacia adelante. Ahí me di cuenta de que la panza estaba dura y grande. ‘Diego, mirá’, le dije. Él estaba mirando el duodeno, me decía qué bien se veía y buscaba ver un cálculo. Entonces le insistí. ‘Diego, aspirá’, le dije. A los dos nos impresionó, creo que se asustó mucho», fue parte del relato de Puente ante el juez.

La anestesista dijo que todo comenzó cuando la paciente, que «estaba sedada con Propotol, se movió y se le cayó el brazo hacia adelante».

Al intentar volver a acomodarle el brazo, la anestesista dijo que rozó con su propio antebrazo el abdomen de la periodista y se dio cuenta de que estaba «duro». Luego levantó la sábana y vio que estaba «excesivamente hinchado».

«En principio pensé que era una reacción alérgica e indiqué que la pusieran boca arriba, porque estaban haciendo el procedimiento de costado. Ahí me di cuenta de que tenía hinchado el lado izquierdo del labio inferior y el párpado izquierdo», relató.

La mujer intentó intubarla con un laringoscopio «para que recuperara la oxigenación», pero no lo logró, y cuando sacó el laringoscopio vio que la laringe «estaba ensangrentada».

Sin acusarlo directamente, Puente afirmó que el endoscopista «en ningún momento» le comentó sobre inconveniente en el desarrollo del estudio, sino que todo se desató cuando ella vio que la periodista tenía «su abdomen y su tórax como un tonel, excesivamente hinchados».

Además, recordó que en ese «momento crítico y de hipermergencia» convocaron a la cardióloga y a los terapistas.

«Era increíble el aire que tenía y la deformidad anatómica. Desde el vamos quise saber qué había pasado. Lo único que traté de hacer fue salvarle la vida, cosa que lamentablemente no pude», relató.

Bialolenkier, en tanto, aseguró que está convencido de su inocencia y que no hay ninguna posibilidad de que su accionar haya causado la muerte.

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