Juliana Awada llegó a Davos acompañando al presidente Mauricio Macri y si bien no participó de los encuentros bilaterales que tuvo su marido en la jornada, se mantuvo cerca junto con el resto de la comitiva que se encontraba en el lounge central del Centro de Convenciones. Su presencia no pasó desapercibida para ninguno de los allí presentes y aunque la primera dama hizo culto de su bajo perfil como de costumbre, su frescura y sencillez fueron los componentes que la convirtieron en el centro de todas las miradas.
Con un look muy casual y simple, Juliana apostó a los colores más clásicos y oscuros para pisar el Centro de Convenciones. Optó por una camisa blanca, uno de sus ítems infaltables en los equipos que siempre luce, un pantalón chupín de cuero negro y un abrigo con detalles de piel en el mismo tono. El cabello lo llevó semi recogido con leves ondas y lució muy poco maquillaje, otra de sus marcas registradas.
Pero Juliana no fue la única argentina que dijo presente en Davos. La reina de Holanda, Máxima Zorreguieta también participó del Foro y charló animadamente con Macri y su mujer. Para la ocasión eligió un vestido mangas tres cuartos con una especie de solapa que arrancaba en el escote y culminaba en la falda en color rojo tomate. Con casi nada de accesorios, sólo llevó una pulsera en color plata y el cabello al natural dejó en claro, una vez más, que cuando se trata de elegancia y sofisticación es la número uno.
Aunque en sus comienzos como princesa lucía un estilo más sobrio y clásico siempre se destacó por incluir detalles que rompieran el molde, pero sin dejar de lado el protocolo de la realeza. Los tonos más arriesgados como el naranja, los ocres y amarillos, los azules y fucsias están entre sus favoritos y le sientan muy bien.
Con perfiles bien distintos, pero con el mismo encanto a la hora de desplegar toda su delicadeza y distinción, tanto Juliana como Máxima se consagran como dos de las mujeres con más estilo del mundo.
La Nación
