A los 47 años, Gabriel Batistuta habla del fútbol en pasado y se concentra en un nuevo deporte que lo apasiona: el golf.
Sin embargo, las secuelas de su profesionalismo en las canchas siguen haciendo huella en el presente, y algo de eso sucedió con su hijo Shamel, de 12 años.
Acá, sus frases más llamativas de una entrevista con Gente.
-«El fútbol fue mi trabajo pero nunca dejé que se filtrara en mi casa ni en mi familia. Nunca fui a ver a mis hijos jugando al fútbol ni ellos vieron un solo video mío. En casa no hay ninguna foto, copa ni medalla de mi época de jugador».
-«El otro día mi hijo Shamel, de 12 años, me dijo ‘papá, vos hiciste algunos goles de tiro libre, le pegabas muy bien… ¡y también hacías goles de penal!’. Me hizo reír mucho. Debe haber puesto mi nombre en YouTube y le aparecieron algunos goles».
-«No fui a ver a mis hijos (tiene cuatro varones) porque no quería meterles presión. Cualquier cosa que hubiera dicho dentro de una cancha podía cambiar la historia de un equipo, de un entrenador, de un club».
-«Nunca me dijeron nada ellos sobre esto. No sé si hice bien o no, pero era lo que sentía. Mi papá tampoco venía a verme y tal vez por eso llegue: no tenía que demostrarle nada».
-«La decisión de que no se hable de fútbol en mi casa es mía, no de Irina, mi mujer. Fue mi trabajo, y mi familia es otra cosa. Además en mi alto nivel de juego tuve más problemas que placer. Dolores, fastidio, presión… No quise que nada de eso se filtrara en mi casa».
-«Si entrás a mi casa y no me conocés, no te imaginás que fui futbolista. Nos hay trofeos, medallas, ni una foto. Nada. A mis hijos nunca quise volverlos locos con la pelota».
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