«La denominada dermatitis atópica es una enfermedad predispuesta genéticamente que se caracteriza por piel seca, irritabilidad, sensibilidad y picazón», explicó Edgardo Chouela, profesor titular de Dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA).El dermatólogo indicó que esa afección «comienza en la primera infancia y puede transcurrir durante toda la vida, aunque en la mayoría de los casos se cura o mejora durante la adolescencia».
En los chicos con dermatitis atópica es frecuente observar cambios físicos y emocionales como trastornos del sueño, picazón persistente, dolor durante los baños, irritabilidad, frustración, llanto o depresión.
Chouela destacó que «son chicos fácilmente irritables, pierden atención en el colegio, tienen dificultades para relacionarse con sus compañeros y la dermatitis le produce una tensión que afecta a todo el grupo familiar».
La enfermedad se desarrolla en un contexto en el que interactúan tanto la predisposición genética como los factores desencadenantes del medio ambiente y sus síntomas de enrojecimiento en la piel, puede tener tanto remisiones como exacerbaciones temporales.
La picazón es el síntoma más común de la enfermedad y puede ir de leve a muy intensa.
Esas molestias aparecen a lo largo del día pero tiende a ser mucho más intensas a la noche interrumpiendo el sueño.
Chouela sostuvo que «la picazón crónica afecta la calidad de vida tan severamente como lo afecta el dolor crónico» y añadió que «como consecuencia de que la piel no puede retener el agua suficiente, también se escama y se inflama».
Otros factores que pueden causar dermatitis son el polvo doméstico, polen, alergias alimentarias, mascotas, perfumes, vestimenta áspera, variaciones de temperatura, estrés y calor.
Chouela insistió en que «la dermatitis se detecta fácilmente porque el paciente se rasca de manera descontrolada y se brota, comenzando la irritación a notarse en la cara y después apareciendo en las rodillas, los codos y el cuello».
El principal desafío en el tratamiento de la dermatitis atópica es su naturaleza crónica, por lo tanto la terapéutica es a largo plazo y requiere de cuidados e hidratación de la piel.
Para la especialista María Laura Franco, «si bien los objetivos del tratamiento a corto plazo son aliviar la picazón y mejorar las condiciones de la piel, la meta de la terapia a largo plazo es disminuir la frecuencia e intensidad de los brotes».
Para tratar la dermatitis, la persona afectada debe limpiarse la piel diariamente tomando un baño corto al día, usar agua tibia durante aproximadamente cinco minutos y limpiadores líquidos suaves en lugar de jabones.
Las personas con dermatitis después de bañarse y con la piel aún húmeda, tienen que aplicarse el hidratante dentro de los tres minutos posteriores al baño, para ayudar a conservar la humedad.