La deuda externa representa un tercio del Producto Bruto Interno

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La deuda externa total argentina ascendió a 132.502 millones de dólares a fin de junio, 32,2% del Producto Interno Bruto, 4,3 puntos porcentuales por debajo de un año atrás y el nivel más bajo de los últimos 15 años, informó el Banco Central.

Del total de la deuda, 71.492 millones de dólares corresponden al sector público y 61.010 millones al sector privado, precisa el BCRA en su Informe de Inflación.

El stock de deuda total aumentó 11 mil millones de dólares en los últimos doce meses, por la colocación de títulos públicos tras el canje de deuda del año pasado, y el mayor endeudamiento privado con proveedores por el aumento de las importaciones de bienes.

No obstante, el crecimiento económico nacional permitió que continúe disminuyendo la deuda externa total medida en relación al PIB, remarca el BCRA.

Agrega que «la política de acumulación de reservas internacionales fue acompañada por una política deliberada de desendeudamiento, así como por una mejora en la composición de las obligaciones, tanto del sector público como del privado».

La caída de la deuda externa fue acompañada por un alargamiento de los plazos de vencimientos, principalmente a partir del canje de la deuda pública de 2005, resalta el Central.

A la vez, las regulaciones sobre los capitales financieros de corto plazo «demostraron ser efectivas», al caer la participación de la inversión en portafolio respecto del total de la inversión de no residentes en el país.

El resultado, según el informe, fue un límite al «impacto de la volatilidad externa sobre la economía argentina».Además, dice el Central, la política de desendeudamiento público fue complementada por un manejo de pasivos que permitió «un cambio sustancial» en la composición de las obligaciones por moneda.

La deuda en moneda extranjera pasó de representar cerca de 90% del total a fines de 1997, a 62% en la actualidad, y como consecuencia «el riesgo cambiario implícito en la deuda pública se redujo respecto del pasado».

En el mismo sentido se logró que el sector privado no financiero tenga sólo 1,4% del total de los préstamos bancarios en moneda extranjera, lo que marca una gran diferencia con lo acontecido durante los 90´, añade el BCRA.

Tal fue el objetivo de las políticas «macroprudenciales» para controlar el descalce cambiario, al permitir el endeudamiento en moneda extranjera sólo a aquellas personas y empresas generadoras de ingresos en igual denominación.

Estas mejoras -agrega el informe- «también se vieron reflejadas en la evolución de la Posición de Inversión Internacional» (la diferencia entre el stock de los activos externos de una economía y de sus pasivos externos medida en un momento determinado).

La Argentina presenta una posición neta acreedora desde 2004, equivalente en la actualidad a 13,4% del PIB, a diferencia de otras economías tanto avanzadas como emergentes.

Mediante la reducción de la deuda, la mejora de los perfiles de pagos futuros y la regulación de los capitales de corto plazo, «el país logró reducir significativamente su vulnerabilidad externa», destaca el BCRA.

Concretamente, concluye el informe, se limitaron «los efectos adversos que el escenario internacional podría ocasionar sobre el sector real a partir de los menores flujos externos».

 

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